 |
Si me seguís desde hace tiempo sabréis que adoro a Jennifer L. Armentrout, es una de mis autoras favoritas (y no lo digo lo suficiente). Si bien es cierto que no he leído tantos de sus libros como me gustaría, (estoy poniéndole remedio, don't worry) lo que he leído hasta ahora me ha cautivado de tal manera que no puedo más que adorarla. Esta trilogía llevaba meses en mi estantería y me moría por leerla porque sabía que me iba a enamorar. Y no me equivocaba. En realidad la leí el año pasado, pero como no me da la vida, tenía pendiente subiros la reseña, así que aquí está. Ya sabéis lo que se dice, más vale tarde que nunca. Ivy es una chica de veintiún años que va a la universidad por el día y caza faes (hadas) por la noche. Pertenece a una organización secreta llamada la Orden, que se dedica a exterminar a los faes y cualquier otra criatura maligna que haya en la Tierra, tradición que pasa de padres a hijos, de generación en generación. Todas estas criaturas vienen de otro mundo a través de ciertos portales que hay ocultos en la Tierra, portales que la Orden y otras organizaciones aún más secretas protegen con su vida. Ivy sabe que su trabajo es peligroso y que el amor está fuera de consideración siquiera. Ya amó y perdió una vez, se niega a volver a hacerlo, por lo que se aísla del mundo y confía en apenas dos personas. Pero ya sabemos todos que eso no es algo que se pueda elegir. Así que cuando Ren Owens aparece en escena, el amor es inevitable. Y tanto sus sentimientos por él como todos los secretos que descubren harán que el mundo de Ivy se tambalee y cambie para siempre. Madre mía, no sabéis lo muchísimo que he disfrutado esta historia. Casi tanto como El beso del infierno, pero más, dado que esta historia, al tener un aire más adulto, me ha gustado mucho más. Eso y que los personajes están mucho mejor construidos y he conectado más con ellos, claro. Pero vayamos por partes. Cazadora de hadas es una historia llena de fantasía, acción, misterio, romance y pasión, que engancha desde las primeras páginas, con un montón de giros inesperados y que te deja con ganas de más (por lo menos a mí). Nuevamente, la pluma de Jennifer me ha conquistado y me ha mantenido pegada al libro sufriendo y disfrutando al mismo tiempo. Viviendo la historia como si fuera parte de ella. Y sus personajes me han enamorado más que ninguno de los otros protagonistas de Jennifer. Ivy, nuestra protagonista, es increíble. Es muy divertida y con mucho carácter, fiel a lo que piensa y a los que quiere, leal hasta la médula, capaz de hacer cualquier cosa por aquellos que ama. Dado que ha sufrido mucho en los últimos años y tiene un trabajo en el que cada día puede ser el último, se ha encerrado en sí misma y se mantiene alejada de todos y de todo. Las únicas personas a las que se permite querer son un pequeño duende llamado Tink, al que encontró herido hace mucho tiempo y que, tras curarle, se quedó a vivir con ella en secreto; su mejor amiga Val, y su jefe David, a quien ve casi como a un padre. Por lo que se ve una gran evolución en Ivy, no solo en este libro si no a lo largo de la trilogía. Pero centrándonos en éste, gracias a Ren se permite amar de nuevo, abrirse al mundo de una forma en la que no lo había hecho nunca. Es una Ivy más feliz, más segura de sí misma, más relajada (todo lo que se puede ser teniendo en cuenta lo que se avecina). Porque Ren... Es maravilloso. Creo que lo digo siempre, pero es que Jennifer siempre crea protagonistas masculinos que me enamoran sin remedio y esta vez no iba a ser menos. Me ha conquistado por completo, y es que no es para menos. Ama a Ivy profunda y apasionadamente (igual que ella a él) y la anima constantemente a ser ella misma, a sacar lo mejor de sí, a superarse y a confiar. No sólo en él, sino en sí misma y lo que es capaz de hacer, lo que puede conseguir. Es divertido, atento, cariñoso, dulce, pícaro y sexy a más no poder. Ay, si es que me encanta, no puedo evitarlo. Y otro punto a favor de esta pareja: su relación se va dando poco a poco. Es decir, se conocen, se nota la tensión, giran uno alrededor del otro y de lo que sienten mientras se conocen cada vez más, con mayor profundidad, hasta que son incapaces de contener lo que sienten, de seguir engañándose. No se nota para nada lo mucho que me gustan estos dos, ¿verdad? De los personajes secundarios destacar a Tink porque es un autentico genio. Dios, os lo aseguro, todos deberíais leer esta trilogía aunque solo sea para conocer a Tink, es demasiado increíble y me he divertido muchísimo con él. Y sólo va a mejor según avanza la historia. El libro está narrado por Ivy y engancha de tal manera que no puedes parar de leer. Eso, sumado al ritmo ágil y ligero, te lleva a devorar el libro en un suspiro. Adoro a la autora por hacer un libro tan maravilloso, tan bien narrado, con una historia tan bien construida. Siempre lo digo: si un libro te hace vivir un torbellino de emociones y sentimientos, te hace disfrutar como si fueras parte de la historia, es que está muy bien hecho. Vuelvo a alabar la pluma de la autora, porque no solo explica con detalle y sin ser pesado toda la trama llena de faes y alguna que otra criatura mítica en pleno Nueva Orleans del siglo XXI., sino que además, ha creado unos personajes increíbles con los que es muy fácil conectar y disfrutar de la historia. Una vez más ha creado una historia increíble llena de oscuros secretos, grandes peligros y mucho romance lleno de pasión que no ha hecho más que empezar. Os la recomiendo totalmente si os gusta la fantasía juvenil porque estoy segura de que os encantará. Y si no, también. Enlace: https://lepasseurdaurore.blo.. |
>
