Castigos justificados

Tan solo han pasado cuatro meses desde que se publicó "Silencios inconfesables" la anterior entrega de la serie Bergman, un tiempo que se me ha hecho eterno porque no os podéis imaginar la adicción que estos dos autores suecos crean en los lectores gracias a sus historias admirablemente construidas, pero sobre todo gracias a su personaje principal, un hombre prepotente y cínico, despreciable mujeriego y autodestructivo. Hoy os traigo mis impresiones sobre Castigos justificados, la quinta entrega protagonizada Sebastian Bergman, uno de los principales criminólogos de Suecia y temporalmente adscrito a la Unidad de Homicidios de Estocolmo. Un thriller emocionante, con un argumento inteligentemente tejido y unos giros argumentales que te tatuarán a sus páginas.

Sesenta preguntas que pueden cambiar tu vida; treinta segundos para responder cada una; una tercera parte de las respuestas han de ser correctas; si suspendes…morirás

Con tan escalofriante premisa da comienzo una nueva novela de estos dos autores que te atrapará desde sus primeras frases y cuya tensión va a salpicar fuera de sus páginas, pudiendo cortarse a hachazos. Un asesino en serie va dejando los cadáveres de sus víctimas en las aulas de ciencias de escuelas públicas, con una misma puesta en escena: jóvenes acribillados de un disparo en la frente, atados a una silla y de cara a la pared, con un cono de papel en la cabeza y una especie de examen grapado en la espalda. Otra cosa que tienen en común es que las víctimas habían participado en un reality de la televisión. Será la Unidad de Homicidios, el equipo liderado por Torkel, quien que se haga cargo del caso. El equipo ha de trabajar en estrecha colaboración y necesita un hilo por donde comenzar a tejer, pero carecen de pruebas que muestren claramente la senda correcta por la que poder encauzar la investigación. Mientras, el asesino se parapeta tras un muro construido por esta ausencia de evidencias y pruebas incriminatorias que pudieran delatarlo.

De nuevo en esta novela nos encontramos con una historia que tiene dos caras. Por un lado tenemos la secuencia en la que se desarrolla la investigación de una serie de crímenes y que se va a cerrar de forma autoconclusiva; y luego está el hilo argumental en el que sus autores profundizarán en las difíciles relaciones personales de los miembros del equipo, que van a condicionar su comportamiento y el modo de afrontar un caso complejo. Si alguien pensó que las complicaciones personales no podrían ir a peor después de la anterior novela de la serie, se equivoca. La atmósfera de creciente tensión, que se mantiene a lo largo de todo el relato, combinada con personajes intensos y situaciones bien perfiladas, conseguirán mantener en vilo al lector hasta su desenlace. Y menudo desenlace…
Con una narración casi cinematográfica muy fluida gracias a sus numerosos y breves capítulos, un estilo directo, una prosa sencilla, un narrador omnisciente que incluye el punto de vista del asesino y un ritmo diligente, los autores van a llevar a cabo un extraordinario análisis psicológico de cada uno de sus carismáticos protagonistas. Vanja, cuyo único refugio es el trabajo, ha perdido el control y se siente sola y humillada por unas mentiras que le mortifican. Necesita construirse una vida propia, más allá de las sombras, distanciándose de las personas que la han herido. Una vez más, el propio Sebastian Bergman es atraído por un asesino en serie inteligente, planificador y determinado, un contrincante digno de medirse con él, todo un desafío que dará paso a un juego del ratón y el gato que traerá consecuencias nefastas al equipo. Tras cerrar su último caso se siente desgarrado y la necesidad de llevarse a la cama nuevas conquistas casi se ha adueñado de su existencia. Una manera de encapsular el dolor y la culpa que poco a poco lo iban consumiendo. de nuevo nuestro protagonista tiene un papel secundario en este libro, hasta el último cuarto. Solo entonces toma las riendas de la situación, dirigiendo la acción en la dirección correcta y jugando un papel decisivo en la resolución del caso. En cuanto al resto de personajes, mejor no os cuento nada y os invito a que vosotros mismos seáis testigos de su evolución.

Manifiesta es la rotundidad con la que los autores de Castigos justificados han logrado pergeñar una trama perfectamente imbricada y en la que hay espacio para la crítica social focalizada en el personaje de un asesino que sembrará la semilla del debate con sus acciones. Un hombre que se lamenta de que la superficialidad, la ignorancia y la estupidez sean las únicas cualidades que aseguran el éxito en estos nuevos tiempos, y que gente ignorante logren convertirse en iconos e ídolos de masas gracias a unos realities que alienan tanto a los espectadores como a los propios concursantes. Mientras que los jóvenes, o no tan jóvenes, inteligentes y con sólidas bases de cultura son cínicamente despreciados. En este libro se denuncia el desprecio al conocimiento y la cultura de la superficialidad que se extiende por la sociedad. ¿Por qué va nadie a dedicar años de aprendizaje cuando con solo un clic se accede a cualquier respuesta? ¿Queremos de verdad vivir en una sociedad donde gente que nunca ha leído un libro, o cuyo único "mérito" ha sido el de practicar edredoning ante las cámaras y que ni siquiera saben resolver la ecuación más simple, se expanden en los medios y sirven como referentes a nuestros hijos? Vivimos, por desgracia, en una sociedad en la que se glorifica la idiotez, y la estupidez es un factor de éxito.

Como ya he comentado anteriormente, Castigos justificados es la quinta entrega de la serie protagonizada por Sebastian Bergman, un tipo difícil y manipulador con el que no es sencillo trabajar. Un criminólogo roto por el dolor al haber perdido a su familia, lo más valioso que tenía. Y todas las malas decisiones tomadas tienen su origen en esa pena que poco a poco lo está envenenando ¿Es posible leer este libro sin necesidad de haber leído las novelas anteriores? Mi respuesta es rotundamente negativa, porque aunque estamos ante un libro autoconclusivo y el caso criminal que se desarrolla en su trama quedará totalmente cerrado, hay elementos del trasfondo de sus personajes principales de especial interés cuya evolución no debes perderte porque son una parte fundamental de la serie.

Sintetizando: Castigos justificados es un thriller de lectura adictiva que muestra al lector la habilidad de sus autores para manejar los hilos de la intriga con maestría, a la vez que ponen de relieve las debilidades de todos sus personajes y tiene como trasfondo una crítica social que da pie a un interesante debate sobre el desprecio al conocimiento e invita a la reflexión. Sebastian dejará de ser el eje principal de la trama y cede parte de su protagonismo a sus compañeros de equipo, pero será una pieza clave en la resolución de un caso que queda cerrado por completo. Personalmente, he echado de menos gran parte de la agudeza intelectual con la que fue capaz de convencerme en la primera entrega de la serie. Aunque se veía venir, nunca pensé que el final de la novela fuese tan contundente y dejase abiertos algunos frentes que tendrán continuación en la próxima publicación, o al menos eso espero. Es una novela cuya tensión y ritmo irán in crescendo, que acelerará tu pulso en su resolución final, dejándote con la boca desencajada y con ganas de saber cómo va a continuar. Y me alegra decir que yo formo parte de esos más de cuatro millones de lectores que ya han descubierto al psicólogo criminal más cínico y arrogante de Suecia, de ahí que recomiende encarecidamente la lectura de este libro.

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Quinto libro de la serie Sebastian Bergman y si los cuatro anteriores me han gustado, este para mi se ha superado con creces!!

Por qué? Pues porque aparte de que los protagonistas me interesan, me tienen pendientes de sus vidas y de como aplican sus conocimientos y enfrentan los casos; en este he empatizado desde el principio con el asesino; no es un asesino en serie al uso con el típico pasado traumático, ni viene de una familia desestructurada; tiene una misión propia y una denuncia sólida de una idea real; y en el fondo al igual que él me gustaría parase tanta atención a famosillos de medio pelo; que quienes se están haciendo referentes de esta generación tenga un mínimo de cultura general, aunque sea una pequeña noción, para luego poder opinar con criterio y no sólo decir algo para aumentar el número de seguidores o buscar polemizar para conseguir viralizarse.

Sobre todo que también haya lugar para quienes alcancen la excelencia y puedan ser aún con más motivo objeto de atención, aplauso e imitación

Que los medios apunten hacia otro lado que no todo sea el de glorificar la idiotez como factor de éxito, porque "si hay un sitio donde eres culpable de premiar la estupidez es en la tele"

Alguien se está cargando a estrellas de televisión. Bueno, más que estrellas, “estrellitas”, esos que tienen su momento de gloria por haber participado en un programa tipo “Hombres y mujeres y viceversa” o “Gran hermano”. Gente sin cultura y sin educación, sin más méritos que una cara bonita y mucha cara (valga la redundancia). Pero gente a la que otros admiran y en los que los jóvenes gustan verse reflejados. Y, claro, alguien no está conforme con eso. Alguien con una gran cultura, un hombre educado que no puede ver cómo se está yendo al garete la sociedad. Y matar a esas estrellitas es su forma de protestar. Eso sí, antes les da la oportunidad de salvarse sometiéndoles a un test de conocimientos. ¿Alguno lo aprobará?

Como siempre que las cosas se complican, los jefes de policía donde se han cometido los asesinatos llaman a Torkel y a su equipo.

Ésta es la quinta entrega de una serie de novela negra nórdica que consta de seis libros. Como siempre, mejor leer las series en orden; si no lo hacéis, no tendréis ningún problema porque los casos empiezan y terminan en cada novela. Otra cosa son las cuestiones personales de los protagonistas, especialmente las de Sebastian Bergman ya que en la primera entrega descubrimos un gran secreto. Si empezáis por la segunda o por la tercera entrega no os perderéis porque los autores enseguida recuerdan cuál es ese famoso secreto pero, eso sí, si luego decidís leer la primera ya no será ningún misterio para vosotros. Son unas novelas en las que las cuestiones personales tienen bastante importancia por lo que, hacedme caso, mejor leer la serie en orden. Por eso, aunque por poder pordriais leer esta (u otras entregas) sin haber leído las anteriores no lo aconsejo para nada. Tan bueno como el caso policial de cada una, es el caso personal y ahí os perderíais mucho de no leerlas en orden.

Es una novela en la que los personajes tienen mucha importancia. Y lo bueno es que es una novela coral y todos ellos tienen, más o menos, similar importancia. Es cierto que Sebastian Bergman es el que resulta más atractivo y el que da, en cierta forma, nombre a la serie pero las andanzas de los demás están a la altura de las suyas.

Ya todos saben lo que esconde Bergman, incluido los afectados. Ahora toca lidiar con ello y ver cómo se van asentando las cosas alrededor. Como siempre, Bergman tendrá algunas salidas de tiesto (él es así, conocerlo es quererlo) pero hay otros personajes que también tienen lo suyo y a los que dan ganas de dar una bofetada (y, sí, me refiero a V.)

En todo caso, la historia personal está muy interesante y acaba de una forma que ¡madre mía!

En cuanto al caso a investigar, en mi opinión es buenísimo y esto convierte a la segunda (la de Hinde) y esta entrega en las mejores de la serie . Está claro que me gustan los psicópatas en literatura pero es que tanto unos como otros están muy bien conseguidos.. Y la justificación que da éste a sus crímenes pues bueno, exagerada es un rato, pero hay que reconocer que ciertas cosas que dice…

Como es marca de la casa, la novela se estructura en capítulos no numerados y de corta extensión. Será un narrador omnisciente el encargado de contarnos los hechos desde todos los puntos de vista. La mayor parte de los capítulos se centra en el equipo investigador, ya sea en la investigación propiamente dicha, ya en las cuestiones personales de alguno de sus miembros. Otros capítulos, que se alternan con los anteriores, se centran en el asesino: no llegaremos a saber quién es hasta avanzada la novela pero sí por qué hace lo que hace. La prosa es sencilla pero cuidada y la lectura resulta muy amena y entretenida, manteniendo el ritmo y el interés en todo momento. Hay tanto diálogo como narración y, en líneas generales, resulta muy visual. Sin excederse en las descripciones de lugares, escenas y personajes para no ralentizar el ritmo narrativo, consiguen no obstante dibujarlos todos con precisión. Los autores son guionistas de televisión y eso se nota en la agilidad de la prosa y lo visual de las escenas. Son libros largos que se hacen muy cortos.



Conclusión final

Si os gustan los thrillers que atrapan desde la primera hoja y te mantienen en vilo hasta la última, tened en cuenta esta serie. Y, si podéis, empezar por la primera porque vais a querer leerlas todas, estoy segura.


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Castigos justificados es la quinta entrega de la Serie Bergman, compuesta hasta el momento de las siguientes novelas:
-Secretos imperfectos
-Crímenes duplicados
-Muertos prescindibles
-Silencios inconfesables
-Castigos justificados

Un nuevo caso para la Unidad de Homicidios. En este caso, el asesino quiere poner sobre la mesa una realidad con la que todos, más o menos, podemos estar de acuerdos: la cultura no es un valor en nuestra sociedad.

Nos encontramos en Castigos justificados con una buena trama policial, probablemente uno de los casos que más me ha gustado hasta ahora, junto con las tramas secundarias de todos los personajes del grupo que siguen teniendo muchísima importancia en esta serie, hasta el punto de que Sebastian Bergman es “casi” un protagonista más de la serie. Una serie que cada vez es más coral a medida que Bergman se va humanizando libro a libro.
Sin llegar a lo que ocurrió en la segunda novela, con aquel final que a todos nos dejó rabiosos y deseosos de saber cómo continuaba en la tercera, también tiene esta quinta entrega un final que te hace necesitar (es un modo de hablar) leer ya mismo la sexta. Afortunadamente no ha habido mucho espacio entre la publicación de la quinta y la sexta que sale a mediados de marzo del 2019, o sea, en un par de semanas, con lo que en mi caso tendré muy fresca la trama.

Tiene el inconveniente como todas las novelas de la serie de que, por más que cada caso quede cerrado en la propia novela, te pierdes demasiadas cosas si no sigues la serie en orden, por esa gran importancia de las relaciones entre los personajes de la misma, por lo que aquí mi consejo es que empieces por la primera. Desde ahí seguirás a tu ritmo, que ya te anticipo que, sabiendo que tienes a la venta (incluso en edición de bolsillo si lo deseas) las demás novelas, no tardarás mucho en seguir leyendo una detrás de otra.

Son más de quinientas páginas, pero en el fondo aparentan ser unas trescientas, pues no solo se trata de cómo engancha la lectura, sino de lo fácil que se lee la novela porque no está cargada de muchos personajes aparte de los que componen la Unidad de Homicidios, viejos conocidos por otra parte si estás leyendo la serie y los que van apareciendo lo hacen poco a poco y tienes en todo momento muy claro quién es quién.
Hay que reconocer que el trabajo de guionistas de los autores, deja su huella en el modo de estar redactada la novela, muy fácil de seguir para todos aquellos acostumbrados a las series policiales que emiten los diferentes canales (de pago o no).
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Un asesino está sembrando de nuevo el terror en Suecia. Despechado por la “crisis del conocimiento” que atraviesa la sociedad actual, en la que se premia con los mejores puestos de trabajo a jóvenes incultos cuyo único mérito reside en alzarse como ganadores en distintos realities televisivos o tener una gran presencia en las redes sociales a base de airear públicamente sus vidas privadas, alguien decide convertirse en juez y verdugo. La prueba será un examen de sesenta preguntas para cada una de las cuales el examinado dispondrá de un plazo de treinta segundos. Solo salvando un tercio de las mismas logrará salvar su vida.

Durante las vacaciones de verano, dos víctimas han sido halladas en las aulas de sendos institutos de enseñanza secundaria maniatados a una silla, de cara a la pared y con un examen colgado a sus espaldas. Suspenso. Ninguno ha conseguido responder acertadamente más de una tercera parte de las preguntas y lo han pagado con su propia vida. La unidad de Homicidios a cargo de Torkel Hoglund, con la colaboración de Sebastian Bergman se enfrentará a un nuevo reto: detener a un peligroso asesino en serie antes de que vuelva a actuar.

Llegados a estas alturas, cuando ya creíamos que estaba todo dicho sobre esta serie, los autores vuelven a sorprendernos con una trama que brilla no solo porque la temática elegida es de máxima actualidad sino porque, a su vez, sus personajes van a estar más vivos que nunca, experimentando sus historias personales una serie de vuelcos imprevistos que obligarán a reajustar sus vidas para adaptarse a las nuevas circunstancias, alternando el interés del lector que avanza con frenesí entre el curso de la investigación y la evolución de los personajes. Una nueva entrega en la que el protagonismo estará muy repartido entre el elenco de personajes y, cada uno en su terreno, nos deparará nuevas sorpresas, algunas de las cuales nos dejarán absolutamente estupefactos.

Habrá mucho más Bergman, un protagonista que sigue siendo un compañero de trabajo prepotente, borde y difícil en el trato, que en esta ocasión está más desatado con sus líos de faldas, pero que vuelve a hacer gala de su sagacidad y capacidad de análisis en el comportamiento del asesino. Sebastian es terrible a veces. Incluso odioso, pero de lo que no cabe duda alguna es que pocos como él consiguen examinar de una manera tan minuciosa la psicología de un asesino. Esta vez el duelo estará muy reñido y Sebastian no lo va a tener nada fácil; se enfrenta a una mente brillante y parece ir siempre un paso por detrás del asesino. A la vez en el terreno personal atisbamos ciertos flashes de humanidad que lo acercan momentáneamente al lector mientras, en otros momentos, quedan empañados por su lado más egoísta. Vanja y Billy serán dos de los personajes que más interés van a suscitar en esta entrega sufriendo cada cual en su terreno un desarrollo sorprendente.

Cuando algo funciona no hay por qué cambiarlo y estos autores parecen haber encontrado la receta del éxito: una prosa sencilla y cargada de diálogos, un estilo directo, un ritmo endiablado y una historia muy cinematográfica son algunos de los tantos a favor de esta saga, que parece no tocar techo en lo que a despertar interés se refiere. Algo que no sería nada sin una buena historia que contar y unos personajes tan veraces que traspasan el papel y se meten al lector en el bolsillo.

Castigos justificados, la quinta entrega de la serie de novela negra protagonizada por Sebastian Bergman, que sin lugar a dudas exige su lectura en orden a pesar de presentar historias autoconclusivas, vuelve a dejar el listón muy alto con una trama sólida y bien construida en la que la tensión va creciendo hasta límites insospechados para sorprendernos con un final de impacto que nos deja con la miel en los labios hasta la siguiente entrega. Como poso, una importante reflexión: ¿hasta qué punto han mejorado nuestras vidas las nuevas tecnologías? ¿qué futuro tiene una sociedad en la que lejos de premiar el trabajo, el esfuerzo y el conocimiento, se da prioridad al éxito fácil y a la superficialidad?
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