Asesinato es la palabra

Una mañana soleada en Londres, Diana Cowper se dirige a una funeraria para organizar su funeral, algo cada vez más común cuando quieres evitar problemas a tus familiares cuando llegue el momento. Además ella es viuda y su hijo vive lejos. Lo curioso es que su cuerpo aparezca sin vida y estrangulado unas horas más tarde de organizarlo todo...¿casualidad?

Con este potente arranque comienza nuestra historia, en la que un ayudante habitual de la policía y un escritor unirán su inteligencia para investigar, por las calles de Londres, qué pudo ocurrir para que Diana acabara muerta el mismo día en el que había organizado su funeral.

Hawthorne es un expolicia que actualmente se dedica a colaborar con la propia policía en los casos más complejos, parece que su raro carácter y su propia historia personal en el cuerpo no han impedido que sea el mejor colaborador policial. Pero esta vez decide buscarse un compañero, no trabajará solo. Esa compañía se la dará un escritor, no uno cualquiera, sino el mismo que ha escrito esta historia de la que hoy os hablo. Y es que Horowitz da el salto de la realidad a la ficción incluyéndose en su propia historia como un personaje más, de hecho, será él mismo quien nos narre la historia en primera persona.

Hawthorne se fija en Horowitz, como ayudante, por la fama que le precede. Destaca como escritor de innumerables novelas y como colaborador en guiones con los mejores directores de cine del mundo, le busca con el objetivo de que escriba un libro. Un libro en el que aparezca él, quiere ser protagonista de una novela de detectives y el primer caso con el que se estrene será el de Diana Cowper, en el que ambos se verán inmersos los siguientes días.

Así es como comienzan las andanzas de dos protagonistas que no solo no tienen nada que ver, sino que además tienen un ligero parecido a los ya famosos Sherlock y Watson. Mientras que Hawthorne es mal hablado, poco respetuoso y bastante directo con lo que le interesa descubrir; Horowitz es un escritor de gran fama que destaca por el respeto que tiene a todo lo que hace. Y en la investigación que les ocupa no será diferente, el escritor detestará las formas en las que Hawthorne busca acercarse a la verdad, no tolerará sus formas ni tampoco que critique su forma de escribir.

"Daba la impresión de ser alguien normal, casi servil. Cuanto más lo conocí, más fui comprendiendo que lo hacía con total premeditación. La gente bajaba la guardia cuando hablaban con él. No tenía ni idea de qué clase de persona era; solo esperaba el momento adecuado para diseccionarlos. Para él la cortesía era una mascarilla quirúrgica, algo que se ponía antes de sacar el escalpelo."

Como si Horowitz no tuvieran suficiente con tener que soportarle, el caso cada vez se complica más. Hay una gran variedad de hipótesis y muchas personas que conocían a la víctima y que podrían tener motivos para acabar con su vida. Y aunque Hawthorne siempre parece ir un paso por delante sacando conclusiones a las que cualquier mortal no llegaría de forma normal, Horowitz dejará atrás su profesión para convertirse en un investigador más. Tratará de acercarse a la verdad y a la satisfacción de adelantarse al expolicía.

Los que me conocéis sabéis que disfruto mucho con thrillers. "Asesinato es la palabra" es un thriller, aunque yo diría que tiene un ritmo mucho más sosegado, incluso parece más una novela de detectives con cierto corte clásico por la forma en la que investigan. Su comienzo resulta curioso y atractivo, sin embargo el conjunto de su historia no consiguió ser lo que yo esperaba. Cuando comencé a leerlo buscaba probablemente mucho más humor británico, más agilidad, aunque eso no es un problema si la historia es atractiva. Pero algo que ha influido negativamente en mi decisión final ha sido que Horowitz esté constantemente haciendo referencias a su vida real como escritor fuera de esta historia; a lo largo de toda la novela se refiriere a bastantes de sus proyectos literarios y de cine, cuando no tenía necesidad de ello. Eso hace que la historia pierda ritmo e interés cuando sí que lo tenía. En ciertos momentos me parecía estar leyendo unas hojas promocionales, lo que me sacaba del hilo de la historia constantemente y consiguió hacerme perder interés.

Por tanto, "Asesinato es la palabra" es un thriller con cierto regusto a historia de detectives, que a pesar de partir de una historia de asesinato atractiva y que podía dar mucho juego, se ha quedado solo en entretenida por los motivos que os he comentado. Una pena, porque su autor británico tiene una gran fama como escritor de thrillers.
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Es difícil no fijarse en este libro cuando exploras una librería. En mi caso, me atacó desde el stand de la Feria del Libro, destacando entre los demás por la potente portada y lo directo de su título. Un momento después descubría que el mismo autor daba nombre a uno de los protagonistas y se convertía en el escritor que hace de escritor dentro de su propia novela. Y no tuve elección; me lo tuve que llevar conmigo.

Cuando Diana Cowper aparece asesinada en su casa, sin signos de haberse forzado la entrada y sin aparentes rastros de lucha, la investigación policial se pone en marcha para descubrir qué le ha podido pasar a esta mujer de más de sesenta años, madre de un conocido actor.

"La primera hipótesis de la policía fue que Diana Cowper había sido víctima de un robo. En la casa faltaban algunos objetos, entre ellos, joyas y un ordenador portátil. Se notaba que la mayoría de las habitaciones habían sido registradas, pues su contenido estaba esparcido por doquier. Con todo, no había señales de que hubieran forzado nada. Era evidente que la señora Cowper había abierto la puerta a su agresor, aunque no estaba claro si lo conocía o no."

Pero el misterio nace cuando la policía descubre que ese mismo día, Diana había visitado una funeraria para dejar instrucciones muy precisas sobre su funeral. Cuando alguien organiza con tanta precisión su propio entierro y muere horas después, se siembra la duda razonable de si sabía de su inminente muerte. O quizá alguien que conocía esa visita vio el momento oportuno para actuar habiéndolo estado esperando durante un tiempo y sabiendo de la confusión que esa visita generaría en la investigación. También podría ser que fuera algún tipo de señal o incluso que hubiera acudido a esa visita de forma obligada, coaccionada por alguien que la chantajeaba con hacerle un daño aún mayor.

Sea por el motivo que sea, es aquí donde da comienzo esta historia. al borde de un gran misterio.

Daniel Hawthorne es un expolicía que, habiendo sido desacreditado y generando pocas simpatías en su entorno, trabaja como investigador independiente colaborando ocasionalmente con la policía. Sin lugar a dudas este es uno de esos casos que requieren de su peculiar capacidad para resolver rompecabezas. Entonces Daniel se pondrá en contacto con Anthony Horowitz para proponerle una singular colaboración.

Anthony es escritor y guionista. Se encuentra un tanto atascado tras el éxito de sus libros juveniles y desea que esa faceta suya pase a la historia y escribir otro tipo de novelas. Tiene experiencia en tramas policiales porque es el género de la serie de más éxito para la que escribe, que actualmente se encuentra en un parón y no está demasiado clara su continuidad.

Cuando Daniel se pone en contacto con Anthony, este no guarda un recuerdo muy bueno de él. Colaboró como asesor en una de las producciones para las que escribía Anthony y no se llevaban demasiado bien. Daniel tiene un carácter complicado y es muy testarudo, por lo que el trabajo en equipo y el consenso no eran su punto fuerte. No obstante, Anthony se siente intrigado por el proyecto y acepta escribir sobre Daniel, que le ha propuesto una novela sobre su trabajo.

"A todos los efectos, Hawthorne estaba ofreciéndome un atajo. Me lo había puesto todo en bandeja. Y tenía razón, el caso sonaba interesante, no podía negarlo. Una mujer entra en una funeraria. Era un comienzo que no estaba nada mal. Ya veía el primer capítulo. sol primaveral, un barrio bien, situado en el centro. Una mujer que cruza la calle..."

Los dos hombres comienzan entonces una peculiar relación de trabajo en la que Anthony demostrará tener mucha paciencia y muy buena buena intuición. No se limita a tomar notas, sino que participa activamente en la elaboración de teorías e incluso lleva a cabo sus propias pesquisas.

El misterio sobre la muerte de Diana se va enredando con cada descubrimiento y cada vez hay más hilos de los que estirar y más personas que conocer e interrogar. El autor nos dará la posibilidad de sospechar de muchos personajes y de que tratemos de resolver el caso a lo largo de la lectura.

Este es el primero de una serie de libros sobre el inspector Daniel Hawthorne, cuya segunda entrega, The sentence is death, solo está publicada en inglés.

Os recomiendo esta lectura si os gustan las historias de detectives, con muchos rasgos del método deductivo de Shelock Holmes (muy lejos, por supuesto, y con muchas diferencias) y el arquetipo de expolicía rudo y poco amigable.

He disfrutado mucho con la lectura. Como aficionada al género, no he podido evitar crear mis propias teorías y sospechar de unos y otros, sorprendiéndome con los giros y estando de acuerdo y en desacuerdo con las conjeturas de los protagonistas a medida que avanzaban en la investigación. No dudaría en volver a leer a este autor. Me ha tenido enganchada de principio a fin.

Anthony Horowitz es, al igual que su personaje en la ficción, novelista y guionista. También cuenta con numerosos títulos de novela juvenil y ha realizado adaptaciones para televisión de algunas novelas de Agatha Christie.
Enlace: http://lacopela.blogspot.com..

Me ha gustado mucho. Una novela muy original pero que guarda el estilo de los clásicos policíacos que resuelven todo por deducción... Y como esos clásicos, tiene cosas pillada por los pelos y alguna trampa al lector que me ha molestado, de otro modo habría sido una historia de cinco estrellas.
Aún así, me ha encantado y entretenido. Estaré pendiente de próximas entregas.

Madre mía, como he disfrutado esta lectura. Me lo he pasado bomba.
Tiene todo lo que me gusta bien compactado en sus 400 páginas: un buen misterio, dos personajes excelentes, guiños, complicidad entre el narrador y el lector, una buena resolución y un rollo british, a lo Endevour, Poirot, a miniserie de la BBC, que me dan ganas de aplaudir.

Me voy a hartar de recomendarlo. No puedo ser objetivo. Fan a muerte. Sin tardar mucho me lanzaré a por la segunda entrega.
(... y de paso, que publiquen "Moriarty" en castellano y "Magpie murders")

No le voy a dar muchas vueltas a esta reseña, directamente os digo que voy a estar muy pendiente de cuando salgan las siguientes entregas de las aventuras de Daniel Harthorne y espero que esté siempre acompañado por Horowitz y es que hacen una pareja memorable.

El personaje que el propio autor crea de si mismo es muy, muy divertido. Me encanta cómo va explicando la historia, cómo nos va relata que poco a poco el interés por resolver el crimen lo va atrapando (a la misma vez que nos atrapa a los lectores) y cómo se ríe de sus carencias detectivescas. Sin duda él mismo es lo mejor de toda la novela.
Bien escrita, muy entretenida, divertida, con personajes muy bien trabajados y peculiares (sobre todo el mismo, de verdad, es que me ha encantado) Yo no puedo pedirle más a una novela.

No los lo digo con la boca pequeña ¡tenéis que leerlo!
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