Asesinato en la catedral es una muy buena novela que nos ofrece Edmund Crispin. Con una muy buena descripción de lugar y ambientación, - la historia se desarrolla en un pueblito costero inglés al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, - y una notable caracterización de los personajes, algunos de ellos casi caricaturizados, - aquí los estereotipos son acordes al desenvolvimiento de la historia - , un estilo narrativo ágil y plagado de humor, - en este sentido, es antológico el relato de lo que pasa por la mente de un hombre enamorado - , y las necesarias dosis de acción y suspenso; el relato incluye - combinados en forma magistral -, elementos del whodunit clásico, los crímenes de "cuarto cerrado", la historia de espías, y referencias a casos de brujerías, y siniestros personajes del pasado. Por tratarse, tanto en el caso de las víctimas como en el de algunos de los sospechosos, de sacerdotes, y ser la iglesia el escenario del crimen, hay referencias, también, al ámbito eclesial. El personaje principal es Geoffrey Vintner, un afamado organista que tras ser llamado a reemplazar a otro en el pueblo de Tolnbridge, recibe cartas amenazantes y , en su viaje, sufre una serie de ataques menores de los que sale airoso. Ya en el pueblo, aparece en escena Gervase Fen, el excéntrico profesor universitario y detective aficionado. La historia toma tintes macabros cuando se producen dos asesinatos. Es entonces cuando, en colaboración con la policía, y no sin poner sus vidas en peligro, logran resolver los crímenes. Aunque, en muchos aspectos, la trama y el desenlace son previsibles, esto no es un obstáculo para que la tensión y el interés se mantengan hasta el final. Por último, las numerosas referencias a autores de la edad dorada, - así como a alguno de sus detectives - , hacen ver, también, a esta obra, como un homenaje del autor a ese género, del que, tanto él, como nosotros, disfrutamos. Razón de más, entonces, para recomendar su lectura. + Leer más |