Aquí Hay Monstruos

Al infierno se va por aquí.
"Aunque apenas recuerdo nada de lo que pasó, sigo teniendo miedo. Y creo que es por eso, porque tengo miedo, que he decidido volver."
Con estas dos frases arranca "Aquí hay monstruos" de @franky_le_marchant y es ahí cuando te atrapa.
¿A qué tienes miedo? ¿A dónde decides volver?
Con el título ya nos avisa, monstruos hay, de varios tipos, bajo distintas formas, en cualquier lugar, al girar la esquina, al volver de ese pasillo, dentro de tu cabeza y ahí fuera, pero de lo que no nos avisa es de que vamos a caer en las profundidades del mismísimo Averno y ahí ya nos las tendremos que ingeniar para salir.
Y es que en apenas 120 páginas consigue que se te encoja el estómago, que te dé un vuelco el corazón y te estalle la cabeza.
Con tintes lovecraftianos, aunando terror y fantasía te coge de la mano para que le acompañes en su enfrentamiento con los demonios del pasado, con seres primigenios, porque será hora de dejar de comportarse como yunque para ser martillo. Donde confundirás el límite entre lo real y lo imaginario o tal vez es que te muestra cómo a través de la lectura puedes pasar de un mundo a otro y veas cómo las historias que ahí "vivimos" te persiguen al otro lado, al mundo tangible, porque gracias a su estilo y a su prosa consigue que la historia se salga del libro y es que necesitas vivirla como una realidad para que se produzca y saborees esa perfecta disociación vista como mecanismo de defensa de su protagonista.
Querrás leerlo del tirón pobre incauto, pero huirás de él como un ratoncillo asustado y volverás como un gato curioso, asomándote tanto al brocal del pozo que de nuevo caerás irremisiblemente en la más absoluta oscuridad.
Desearás demorar tu estancia entre sus páginas. O cuanto te atrevas. Te perderás por los pasillos de la inexistencia donde temerás quedarte quieto y desearás morir de una vez porque el único aire que te envolverá será el miedo.
Los muertos no callan y será por ello que te convertirás en el vengador de inocentes y en el reparador de ofensas.
Veréis que ya no hago distinción entre protagonista y lector, es porque conforme avanza la novela, no sabrás en qué lado estás.