Ante el abismo

Un paso para escapar
Sylvia es una niña que vive con su familia en un hogar que hasta esa misma noche tenía sus particularidades pero era feliz. Su hermana Sonia cuida de ella, pero durante la madrugada escucha cómo pide ayuda para librarse de algo, ese algo parece ser un ente que habita en su padre. Sin embargo, Sonia no parece acusar este incidente, aunque finalmente se va de casa para perseguir su sueño: trabajar en una compañía de ballet. Sylvia decidirá entonces emplear la misma vía de escape que su hermana, comenzando así un camino que no dejará de tener clavos en las puntas.
Enfrentarme a esta lectura ha supuesto enfrentarme a algunas de las realidades que amigos míos, integrantes del mundo de la danza, han vivido. Sin embargo, creo que antes debemos dividir la trama como en tres temas o núcleos que determinan tanto la propia historia como la lectura de la novela.
Lo primero que sabemos de las hermanas Cabrera es que su situación familiar es muy particular. Con una madre casi desaparecida y un padre grave no se sabe muy bien qué está sucediendo por las noches en esa casa. de hecho, en un momento determinado casi se consigue descubrir, pero ante el descrédito, Sylvia decide escapar en la misma dirección que su hermana, el ballet.
Comenzamos así la historia de Sylvia, único centro de la narración, de su recorrido por las diferentes instituciones de enseñanza, sus problemas personales frente a ella, las trabas que el propio mundo de la danza impone a sus integrantes, etc. Compañías, giras, rivalidades, todo ello se verá reflejado en los diferentes personajes que acompañan a Sylvia en este mundo: su hermana Sonia, su primera maestra, Marcia Arista (la mejor bailarina de la ciudad), Eduardo Ferguson, quien siempre creyó en ella…
Una visión que perseguir
No obstante, este mundo del baile quizá ni hubiera llegado a ser una alternativa real sin otro de los puntos que definen a nuestra protagonista. Sylvia parece tener sueños donde es capaz de ver lo malo que la rodea y el futuro que la aguarda. Con este mecanismo, y no solo con el del progreso de la carrera de nuestra protagonista, el autor ha provocado que la trama avance. Sin embargo, no termino de estar cómoda, como lectora, con este tipo de avance.
Durante la lectura conjunta muchas de las lectoras hemos acusado cierta dificultad en el ritmo del segundo tercio de la novela. Bajo mi punto de vista esto se debe al tambaleo constante que esos sueños y visiones provocan en la protagonista, que se pelea con una realidad que le indica un camino y cierta fábula, no terminamos de saber si exotérica que le guía por otro.
Una realidad a la que enfrentarse
De todos modos, no podemos decir que el autor no ha hilado bien la novela, porque aunque ese ir y venir, ese mundo del baile unido a cierta idea de predestinación y conocimiento de lo maligno que la rodea, confluye en uno de los hilos que tejerán y complicarán la carrera de Sylvia, y que, aunque en mi caso me ha parecido un poco desquiciado, se acerca, desgraciadamente, a la realidad que viven algunas compañías en la realidad. Ese hilo es la política de la Ciudad.
Para no hacer spoiler cabe decir que son muchas las figuras que a lo largo de la novela llevarán a Sylvia a enfrentarse a la idea de que toda acción cultural es una acción política, guste o no guste, y que por mucho que se pretenda mirar a otro lado el ballet en su caso supone un beneficio o no para su ciudad. Sin embargo, entre todas esas figuras habrá una que especialmente una todos estos hilos que suponen la telaraña de la vida de la bailarina, ya que, además de tener cierta relación con la política, será donde ella pueda depositar el vacío de confianza que sobreviene a Sylvia cuando su hermana se va y, además, quien ratificará la realidad de las premoniciones, lo que lleva a Sylvia a no dudar.
La política se convierte con ese personaje, y con alguno más como ya he dicho, en un entre cuasi místico que Sylvia no comprenderá o que ignorará hasta que siempre sea demasiado tarde.
La fábula del ballet
Creo que siempre es difícil entender algo que nos es ajeno si no fabulamos sobre ello y esto es lo que sucede en la novela. El autor, un gran bailarín, nos ha explicado su mundo fabulando porque es difícil comprenderlo en su intensidad total. Como novela es cierto que quizá no sea una de mis favoritas de 2020, pero sé que la voy a recordar muchísimo precisamente por esa intensidad.
El ritmo de lectura, como ya os he comentado me ha resultado desigual por los vaivenes en la trama y en la protagonista, sin embargo, al final de la novela, la solidez de la propia Sylvia, junto con los personajes que se relacionan con ella provoca que tengamos un ritmo muy ágil que nos lleva directos al final. Sobre lo predecible de la trama, tiene de todo y supongo que cada lector encontrara predecible alguno de los hilos que he mencionado. Su familia, para mí, por ejemplo, ha sido sencilla de desentrañar.
En definitiva, nos encontramos ante una novela intensa que nos contará la vida de una bailarina en toda la magnitud de sus porqués, su para qués y a pesar de qué. Espero que os animéis con ella, ya que creo que es una experiencia que es digna de recordar.

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He disfrutado bastante con esta lectura. Me parece que tiene una trama muy intensa. Encuentro especialmente interesante la relación entre las hermanas. Hay una intriga muy grande en torno al padre y a la madre de Sylvia, la protagonista. La parte en la que habla de su fascinación por el baile la veo bien desarrollada en general, aunque me gustaría que hubiera tenido más obstáculos, más dificultades. Parece que al final no tiene demasiados problemas en realidad para ir triunfando en el baile, o al menos en este punto de la historia. Sylvia se enfrentará a otros obstáculos graves, como la anorexia, y vivirá su vida en medio de sueños premonitorios y presentimientos extraños.
Me resultó más complicado mantener el interés en la parte central del libro, aunque es una lectura que se hace bien. Es muy importante en estos capítulos todo el desarrollo de la carrera como bailarina de la protagonista. Tal vez sería deseable que el autor mostrara más las cosas en vez de solo contarlas. Algunas situaciones se resuelven de modo muy rápido sin casi haber podido profundizar en ellas.
Los últimos capítulos ganan mucho. Los acontecimientos son intensos. Me gusta que Sylvia luche por su trabajo y por realizarse, más allá de todo el politiqueo de las compañías de ballet y de la ciudad. En cierto modo, la oscuridad que rodeaba a la figura de la madre hace presagiar las revelaciones sobre ella al final. La novela nos lleva constantemente de acontecimiento en acontecimiento, con unos hechos que se desarrollan deprisa, todos encadenados y llenos de sorpresas.

Ante el abismo es un libro que he leído en una Lectura Conjunta organizada por Embajadores de Libros.
Es una historia que me ha resultado un tanto complicada de seguir por una serie de giros que acontecen durante la trama. al principio parecía que iba a ir por un camino, pero luego ese tema no se vuelve a tocar hasta prácticamente el final de la novela.
Donde se centra realmente todo es en el ballet, donde Sylvia se refugia para huir de los problemas que hay en su casa, con su padre concretamente, y termina por hacer que toda su vida gire en torno al ballet.
Su evolución me ha resultado algo confusa, por su forma metódica de actuar en ciertas situaciones, y por el paso del tiempo, que realmente en ningún momento he sabido qué edad tenía.
En general es una novela que me ha gustado, especialmente llegando a la parte final, que es la que más me ha enganchado, en la que hay unos giros que me han sorprendido muchísimo y han mantenido mi atención hasta el final.

Daniel Sené ha creado una atmósfera mística y mágica alrededor de toda su obra, tanto que, en ocasiones, parece que estemos ante una trama de realismo mágico, pero más bien tenemos ante nosotros una obra de género contemporáneo. Sylvia, la protagonista, descubre a su padre entrando y saliendo por las noches de la habitación de su hermana y su intuición le dice que algo horrible sucede ahí dentro. Su padre parece estar poseído por un demonio, o, al menos, esta es la explicación que Sylvia se da a sí misma, hasta el punto de buscar ayuda ocultista para esta cuestión. Pero, poco a poco, la novela se va ampliando y descubrimos el siguiente círculo concéntrico: el ballet. El verdadero protagonista de la novela.

El autor, quien ha vivido el ballet muy de cerca y quien ha hecho de él su profesión, extiende este arte a lo largo de todas las páginas como salvoconducto y como medio de expresión. Escribe sobre el ballet de una forma tan bonita y con tanto mimo, que al terminar de leer la novela parece que danzamos un poco con él. El ballet lo comienza todo y, también, lo termina todo, pues Sylvia abre y cierra su historia con él.

La novela puede evocar a películas como Billy Elliot, The Company o Street Dance, aunque ninguno de los argumentos se parezcan a la novela de Daniel Sené. Se la recomiendo a amantes de los argumentos en donde la danza tiene un papel protagonista.

La narrativa de Daniel Sené es muy correcta y, quizás, este es el único punto que me chirría de toda la novela. Daniel escribe de forma tan perfecta, que la novela se torna un tanto impersonal. No se consiguen transmitir las emociones de una forma acertada porque el tono es demasiado neutro. Su libro no solo habla del ballet sino que también me recuerda al ballet por esa ejecución tan rígida, sin fallos. Y en la escritura, a veces, hay que patinar, tropezar y caer para conseguir llegar totalmente al lector.

Ante el abismo es una novela que se va abriendo poco a poco. Comienza con un foco muy concreto, en donde intuimos posibles situaciones de abusos sexuales, en donde el autor nos introduce en el mundo oculto y de la magia, y, a medida que avanzamos en la lectura, el argumento se abre para que bailemos sobre él. Y en este baile asistiremos a la maduración del personaje principal, al desarrollo de una forma de expresión tan compleja y sacrificada como es el ballet y al viaje espiritual y personal de la vida de una persona que cerrará la novela con un momento también crucial en todo humano (aunque tendréis que leer la obra para descubrir a qué me refiero).
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Sylvia descubre una noche a su padre salir de la habitación de su hermana, y ella cree que algo horrible ocurre en su hogar. Nuestra protagonista cree que un demonio vive dentro de su padre y eso la lleva a consultar y a buscar ayuda en un personaje curioso. Sylvia aprenderá a vivir con ese demonio en su hogar e intentará desarrollar sus "poderes", nuestra protagonista entrará en un mundo lleno de intuiciones, magia y sueños para poder hacer frente al demonio de su padre. A medida que la historia va avanzando nos damos cuenta de que esta historia, un tanto oscura, no es la protagonista en estas páginas si no que, solo forma parte de la verdadera historia que en este caso es el Ballet. Con todos estos ingredientes Sylvia va madurando como persona y descubre cual es su verdadero camino. 
Me ha encantado que la historia gire al entorno al Ballet, me parece un Arte preciso pero a la vez muy duro, y eso el autor lo refleja tremendamente bien, nos muestra el lado bueno y el lado malo de este Arte. Nuestra protagonista se enamora del Ballet de pequeña y vemos como su vida gira entorno a él, el Ballet lo es todo para ella, y eso lo vemos reflejado en cada palabra, en cada sentimiento, en cada decisión...
Leer esta historia ha sido como estar en una Montaña Rusa, me engancho desde el primer momento con la intriga de los primeros capítulos y con una protagonista dura, terca, que sabe lo que quiere y lucha por ello con todas sus fuerzas. Nuestra protagonista nos da un mensaje de lucha y de superación tremendo. Pero después por la mitad del libro perdí un poco el hilo, no sabia donde me encontraba, perdí la afinidad con la protagonista,  algunas cosas importantes sucedían demasiado rápido para mi gusto y me ha quedado algún cabo suelto. Pero una vez pasado ese tramo volví a conectar con la historia, con nuestra protagonista, en donde entendí que no había dejado de luchar por sus sueños, sino que había madurado, se había vuelto más cauta pero seguía teniendo su esencia y su amor por el Ballet era mayor, y ha sido un cierre bonito.
Los capítulos son cortos, ligeros y amenos que te enganchan desde el primer momento, yo no lo he podido soltar aunque haya tenido un tramo en el que no llegará a conectar. A través de nuestra protagonista podemos ver como el autor siente un amor y una gran admiración por el ballet.
Recomiendo esta historia a todos los amantes de este Arte, o a todos aquellos que les gusten las novelas llenas de música en donde una protagonista fuerte con un objetivo fijo lucha por sus sueños. Una historia muy curiosa e interesante, llena de mensajes ocultos y giros inesperados que deberás descubrir por ti mismo.

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