Abril

"Cuantos se me cruzaban en el camino parecían tener un significado propio, cual si portaran un destino determinado, cual si fueran en sí mismos un destino: dichosos o desdichados, pero de ninguna forma indiferente u ocasionales; tal vez no eran más que borrachos, por cierto"

Éste es un relato corto de Joseph Roth narrado en primera persona, el protagonista masculino se relaciona con algunas mujeres y cuenta su experiencia pero de manera muy poco concreta. Conoce a Anna una mujer abandonada por un hombre que estaba ya bien casado y tiene que mantener a su hijo. El que narra la historia debe partir a Nueva York en busca de un destino mucho mejor y eso es motivo para una pequeña elegía del pueblo que deja con su monumento antiguo que a nadie parece importar, con sus parques testigos de tantos romances entre jóvenes alocados, sus cafés y los lugares comunes a toda ciudad que siempre quedan en el recuerdo de quienes lo habitan.
No debemos centrarnos creo en las relaciones románticas que apenas son atisbadas en este relato sino más bien en lo cotidiano y en las sensaciones de desesperanza. Me gustó regular pero las descripciones son buenas, van más allá del mero urbanismo y hay algo de humor cínico que me gustó también regular.

Esta nouvelle del escritor Joseph Roth corresponde a unos de sus primeros trabajos. Fue escrita en 1925 y en ella se puede observar ya los primeros indicios del genio literario que goza de una prosa delicada y descriptiva que evoca sentimientos, así como distintas realidades con aparente sencillez que encierran un diálogo más profundo.

El personaje principal viaja hasta una ciudad desconocida en la que nos va narrando su llegada y sus primeros conocimientos acerca del lugar y sus gentes. Allí conoce a una mujer llamada Anna que se convierte en su amante. Sin embargo, nuestro protagonista se verá embelesado y eclipsado por otra mujer de la que solo conoce por observación cuando ésta se asoma por la ventana de su hogar. A partir de entonces, en el transcurrir de los días, el hombre esperará pacientemente en la calle el momento de volver a verla por unos instantes para gozar de su imagen, pero sin cruzar palabra, simplemente algún intercambio de miradas y con suerte alguna sonrisa cómplice. Esta situación de enamoramiento platónico para el personaje llega a un momento de quiebre en el que debe decidir si afrontar la realidad con valentía o renunciar en una huida.

“Todo en la vida envejece y se deteriora: las palabras y las situaciones. Todos los momentos oportunos se han dado ya. Todas las palabras se han dicho ya. No puedo repetir ni palabras ni situaciones. Es como si llevara siempre ropa usada”.

Página 35
El punto más relevante de la novela es la forma lírica en la que está narrada y el ejercicio de reflexión sobre las relaciones amorosas, el desamor, las informaciones equívocas, el sentimiento de desarraigo, la importancia de celebrar la vida y el precioso valor del tiempo. Esta pequeña obra para ser uno de sus trabajos primerizos logra captar la atención del lector y en pocas líneas desplegar todo el mundo de un personaje y una pequeña ciudad. El humor y la elegancia en el modo de contar los hechos dota a la obra de una perspectiva única y característica del futuro Roth. El título en alusión al mes de abril obtiene su significado al cierre de la historia, otorgando a la novela de un mensaje final que Roth ha ido elaborando en pequeñas dosis para hablarnos de la importancia de la vida, el amor y el tiempo. Estos tres factores se entretejen e inciden unos sobre otros, siendo un todo, imposible de ser diluido y comprender cada elemento por separado.
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