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Cuando vi la información del libro no me fijé en el número de páginas, y tengo que reconoceros que cuando me llegó me preocupé un poco al ver que se trataba de una obra de tan solo 104 páginas. No me gustan los relatos o las novelas cortas porque siempre me saben a poco, pero ya os adelanto que este no ha sido el caso.

El libro está dividido en cinco partes, correspondiendo cada una de ellas al diario de varios de los personajes. Cada diario está a su vez dividido en capítulos narrados en primera persona, algunos de menos de una página y otros de tres a lo sumo. Todos van numerados pero llevan también una frase relativa a lo que vamos a encontrar en su interior. Cada diario se presenta con una ilustración alusiva a lo que su autor nos va a narrar.

En la obra encontraremos a un buen número de personajes perfectamente descritos, aunque solamente escucharemos la voz de cuatro de ellos. Aunque hay similitudes entre ellos cada uno tiene su propia personalidad y forma de pensar, y no todos los personajes son humanos, ya que hay un buen número de seres artificiales en esta historia, algunos con más humanidad que los de carne y hueso. Me ha gustado especialmente el personaje de Kest.

El autor tiene una forma particular de narrar, y me ha sorprendido su capacidad para ir al grano. En menos de 100 páginas ha desarrollado una historia completa y estupendamente ambientada, ha descrito perfectamente a los diversos personajes y nos ha puesto en situación de la realidad social en la que viven. No contento con ello, se ha permitido el lujo de ofrecernos varios giros argumentales con los que no cuentas cuando comienzas la lectura. En ningún momento he tenido la sensación de que le faltase ni le sobrase nada a la historia, ya que P.L. Salvador ha ido directo a contarnos lo que quería sin entretenerse en florituras o descripciones innecesarias.

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