Era la primera vez que me enfrentaba a este autor. Qué craso error! Necesito todas sus novelas ya!!!!

En Un Fuego Azul, lo primero que me llamaba la atención era ese título que a priori tenía que ver con el color de la portada pero no veía fuego por ningún lado. Cuando comienzas a leer ves que en el prólogo (porque aún no han empezado los capítulos en sí), la primera escena es de una casa ardiendo, y hay una anciana. Pero este no será el fuego azul al que se referirá el título. Cuando a mediados de la novela descubramos el por qué de ese título ya se nos habrá desencajado la mandíbula varias veces a lo largo de la lectura, pero aún así nos volveremos a quedar en sock, y todavía este sentimiento se volverá a repetir muchas veces a lo largo de las páginas. Esto no lo consiguen muchos autores, por eso Pedro Feijoo tiene desde este humilde blog, toda mi admiración.

Me emociono tanto con esta reseña (cuando un libro me ha fascinado se me nota mucho), que me adelanto, y es que como siempre os quiero contar tantas cosas, tantas sensaciones con este libro que escribiría y escribiría, pero es que eso le quitaría gracia al asunto, porque estas es uno de esas novelas a la que te tienes que enfrentar virgen, sin saber nada, para que todos los golpes de gracia que nos va dando el autor calen hondo en nosotros.

Después del prólogo que os he comentado, vamos a tener un encuentro con una persona mayor, y veremos como sufre un "incidente", esto es algo que se irá repitiendo a lo largo de la novela; a mí me ha encantado. Ir conociendo a las víctimas y ver como caen en la trampa de los verdugos y como ellos mismos se van dando cuenta de lo que va a ocurrir es algo brutal. Vamos a tener por supuesto la investigación de la Brigada Criminal que encabeza Mateo, que irá encontrándose cuerpos de personas mayores, y ni a él ni a nadie de su equipo les entra en la cabeza qué han podido hacer esas personas, ancianas, para acabar así. Ayyyyy, como te vas a reir de nosotros, Pedro. Como se va a ir enredando todo y en un punto de la novela todo se va a dar la vuelta y se va a poner tan bocabajo, que el lector va a creer enloquecer de pura incredulidad ante lo que está leyendo.

El mismo autor ha confesado en alguna entrevista que le encanta explorar en sus novelas el dolor, el miedo, el terror, y la angustia... Y este libro va bien servido de todas esas sensaciones, sensaciones que traspasan las letras y van a clavarse directamente en el lector. Hay muchísimo sufrimiento en esta novela, y ya no hablamos del sufrimiento de las víctimas que va a ir encontrando Mateo en su camino durante esta investigación, hay otro sufrimiento más arcaico, subyacente, que es el que va a revolver las tripas del lector y la va a dar dolor del estómago. Es una bajada en toda regla a los infiernos del ser humano, a las mayores atrocidades que pueden cometer y esto nos pondrá los pelos de punto, clamaremos piedad, pediremos venganza y necesitaremos más y más dosis de Un Fuego Azul en vena. Ya os adelanto que esta novela os va a durar un suspiro en las manos. Si estáis ocupad@s, ya buscaréis excusas para seguir leyéndola porque no os vais a resistir a ver cómo acaba todo, quien sobrevive a quien, si Mateo y los suyos consiguen descifrar lo que sucede y detener toda esa macabra sangría...

Los personajes son una de las grandes bazas de la novela, tanto los buenos como los malos. A los malos los odiaremos, nos repugnarán, les desearemos toda clase de males, y los buenos nos conmoverán y empatizaremos con ellos. El dolor y el sufrimiento lo sentiremos en nuestras propias carnes, en esta novela no hay medias tintas, es todo a lo grande, y los personajes nos marcarán y nos dejarán huella. Nos preguntaremos el por qué de tanto mal, y es que esta es una novela negra con todas las letras, negra y roja (por la sangre jajajaja), aunque el autor no quiere calificarla así.

Estructuralmente, vamos a encontrar la novela dividida en tres recintos, y cada recinto contará con unos 25-30 capítulos cortos, algunos de pocas páginas. La novela así se lee con una agilidad pasmosa, por un lado por esa organización de capítulos y por otro lado porque queremos saber, saber y saber. Vamos a encontrar dos voces, una, en primera persona, la de Mateo, que nos va detallando como va la investigación, lo que va encontrando, sus avances, en forma de narración y preguntas porque no llegan a ningún lugar, y otra persona que será un narrador y será la voz dura que nos detalle aberraciones por doquier.

La ambientación está super bien conseguida, no en vano Pedro conoce la zona que describe y te lleva de la mano por esos paisajes, esos faros, esos lugares de su tierra por las que tantas atrocidades se cometieron, nos traslada a un pasado en el que se sucedieron los hechos que todo un pueblo conoce pero esconde para no meterse en problemas, porque a veces sabemos quiénes son los monstruos que nos rodean, pero no queremos que el monstruo ponga sus zarpas encima de nosotros, nuestros negocios o nuestras familias. Otras veces el monstruo puede estar al lado nuestra, parecernos una bellísima persona, ser nuestro propio vecino, y arrastrar un macabro pasado, haciéndonos caer en su trampa de repente ante nuestra incredulidad.

En definitiva, necesito, os exijo, que os leáis esta novela de 528 páginas que devorareis como los monstruos que habitan en ella se han devorado entre ellos, una novela que os atrapará y os agarrará y no os soltará, una novela brutal, bárbara, que sin más artificios te sacude de arriba a abajo, difícil de digerir para algunos, para otros hace que se nos caiga la baba del disfrute. Con un final a la altura de toda la historia, que aplaudiremos porque tenía que ser así sí o sí. Totalmente recomendable!!!!!!

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