Primer libro del año, Un fuego azul escrito por el gallego Pedro Feijoo, y no se podía empezar mejor.
El libro, está estructurado en un prólogo, tres partes que autor llama recintos, con veinte y pico capítulos cortos cada una y dos epílogos. El prólogo y cada uno de los tres recintos se inician con una cita de la divina comedia de Dante, una buena introducción de lo que nos espera.
Aunque es un libro de más de 500 páginas se lee muy rápido, debido a su estructura en capítulos cortos, al lenguaje sencillo que usa el autor y a que hay muchos diálogos.
Además se van intercambiando los narradores, e incluso los tiempos (presente y pasado) según va avanzando la historia, pero para nada da la sensación de que no sabes por donde vas, porque todo está muy bien hilvanado.
La ambientación también es muy buena, el autor describe de tal manera lo que le está ocurriendo a los personajes y los lugares donde están, que sientes que estás ahí. Entre eso y que muchas escenas son muy duras, el libro no es apto para su lectura por cualquier persona.
Comienza con una escena que da a entender que algo no ha sido correctamente investigado. A partir de ahí se desarrolla la trama, en la que Mateo Romano y su equipo de la Brigada de Investigación Criminal de Vigo, serán los encargados de investigar tan brutales crímenes, todos acontecidos alrededor de los días de Navidad y con muy pocos días entre ellos.
Los personajes también están muy bien perfilados, e incluso sientes pena por lo que les ocurrió a algunos, que incluso puedes llegar a justificar algunas de sus acciones (los malos tampoco son tan malos). Coincido con varias amigas en que uno de los mejores personajes es Santos, con sus “salidas”, buenísimo.
También coincido en que la escena que da título al libro, es la más horrenda de todas las que hay que no son pocas, por la edad, por quien la perpetra….
El libro es brutal en todos los sentidos y una vez que se empieza a leer no se puede parar, por muy cruentas que sean las escenas.