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Un autor clásico, del siglo XIX, marca en esta original novela el inicio del género en Francia.

Lo leí con doce años y todavía me sorprende. Una mujer es agredida en una habitación cerrada y aislada, sin que sea posible determinar quién es el culpable, ni cómo ha logrado entrar en la habitación.

En una lista de novela policiaca francesa, sería un crimen olvidarnos del maestro Simenon y su detective Maigret. Un clásico en una edición de lujo.

Considerada como una de las grandes de la literatura negra francesa las novelas de Domique Manotti se han traducido a numerosas lenguas.

Ganador del premio Goncourt de novela, es el creador del conocido Inspector Cadin. Muy recomendable para los amantes del género.

Otro de los grandes de la novela policiaca, que debe ser tenido en cuenta. Ha escrito una gran cantidad de obras.

Una acción trepidante que se desarrolla bajo la batuta del Inspector Adamsberg, con un suspense que impide abandonar la lectura.

Uno de mis títulos favoritos de la serie de los cuatro evangelistas, en el que el suspense y el humor van de la mano.

El primer libro del autor francés que conocimos en España en el género policiaco. Lemaitre muestra su gran talento narrativo y obliga al lector a robar horas al sueño para poder acabarlo.

Desde mi punto de vista, El Quijote de la novela policiaca. Esta obra, bastante sangrienta, presenta una serie de crímenes aparentemente desconectados. Cuando el Comandante Verhtoeven descubra que las raíces de las muertes son literarias, tendrá que pedir ayuda para resolverlos precisamente a una serie de personajes que son los candidatos perfectos para el título de culpable. Sobre esta obra señala el propio autor: es un homenaje a la literatura. Cuando lo escribí traté de mezclar los autores que más me gustaban con las necesidades propias de la historia. Eso quiere decir que los autores que cito no son obligatoriamente aquellos por los que profeso una mayor admiración sino aquellos que cumplían con una doble misión: ser gente que me gustaba y que iban bien con la historia que quería contar, lo que necesitaba.