«(protestas obreras) … son obreras porque a esta guerra solo acuden los trabajadores que no tienen los 1500 pts que se necesitan para eximirse de ir»
Dadme cinco minutos para tragar la bilis que me sube a la garganta tras escribir de nuevo esta frase, porque si no sabéis el desenlace de aquella guerra os lo digo yo, 8500 personas. Hace unos días buscando un libro que necesitaba para una lectura conjunta encontré uno con el precio en la contraportada, 975 pts, recuerdo que pagar este dinero en los años 90 me parecía caro, imaginad en 1909 para librarte de una guerra, no hace falta que de más explicaciones de quién se libraba de ir. Kike Corella ambienta el crimen más curioso en la conocida como la Semana Trágica de Barcelona, el cuerpo de la mujer convertida en ceniza aparece el 24 de julio y la semana fue del 26 de julio a 2 de agosto.
La huelga empezó en los barrios periféricos donde estaban las fábricas, luego se desplazaron al centro de la ciudad. Y en este ambiente tan tenso, un sereno, Enrique Hernández, al que no se le olvidará jamás el descubrimiento del cadáver, junto con el inspector, Eloy Pavía, un más que experto investigador, tendrán que descubrir quién y por qué.
«En este mundo, la racionalidad tarda en aparecer, pero cuando lo hace es incuestionable»
Como cualquier relación que se precie, entre los dos protagonistas principales poco a poco irá creciendo la complicidad y seguro que habrá más de un crimen por resolver. El trabajo policial, el científico, más avanzado de lo que me imaginaba, hace que la historia no tenga un ritmo trepidante ni giros inesperados, es una investigación pensada. He de reconocer que la combustión espontanea me llamó muchísimo la atención y sigo impresionada por el desenlace. No me lo puedo imaginar.
Gracias Kike Corella por tu novela.
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