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Editorial Edelvives

Edelvives, es una editorial española dedicada a los libros de texto y material educativo. Fundada en Cataluña a finales del siglo XIX ha ido creciendo para llegar hasta el otro lado del océano e instalarse en México y en Argentina.

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helencazadoradelibros
 25 September 2023
Ana, la de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
¡Qué hermosa experiencia ha sido conocerte Ana!, ¡qué bonita aventura me has hecho vivir! (como tú misma dirías en uno de esos arranques tuyos de felicidad extrema).

Ana la de Tejas Verdes ha logrado conquistar otro corazón más: el mío. Su verborrea sin tregua, su pasión por la vida, su amor incondicional hacia Mathew y Marilla, su preciosa rivalidad con Gilbert, su amistad de “amiga del alma” con Diana incluso antes de conocerla… todo ha influido en mí de una manera tan positiva que no puedo describir con palabras el sentimiento que ahora mismo me inunda.

La editorial Austral rescata esta linda historia, la de una huérfana parlanchina como ella sola, que escribió Lucy Maud Montgomery en 1908. Da comienzo a una saga literaria que ha conmovido y divertido a millones de lectores en todo el mundo desde el momento en que se publicó y que ha dado lugar a varias series y películas para la televisión, todas con el mismo éxito. Y no es de extrañar, porque Ana la de Tejas Verdes está escrito con tal maestría que cada una de sus palabras llega allí donde fue pensada ser enviada. Espero que Austral tenga a bien seguir editando el resto de sus aventuras, porque la presentación que ofrecen en este primer volumen es exquisita. Con una portada hecho por Jesús Sotés que refleja a la perfección el espíritu de esta niña pelirroja que aprende a amar, con el tiempo y mucha paciencia, sus pecas y el rojo intenso de su pelo.

Hay varias situaciones a lo largo de la novela que nos hacen pasar ratos muy divertidos porque Ana la de Tejas Verdes tiene la capacidad de meterse en líos con sólo decir buenos días. Su capacidad de abstraerse de la realidad y de soñar despierta es tan inmensa e intensa, que olvida con facilidad las tareas que tenía entre manos, y lo mismo emborracha sin querer a su querida amiga que echa lidimento en un pastel pensando que es vainilla. Ha sido divertido ver cómo se pinta el pelo de verde pensando que así el rojo desaparecería para siempre y escuchar sus eternos discursos sobre la belleza de Avonlea y de la Isla del Príncipe Eduardo. Sus disculpas cada una de las veces que ha hecho un estropicio y ver cómo conseguía ganarse la admiración de todos los que la rodearan, su rivalidad con Gilbert y la consecuencia de ello: sacar las mejores notas ambos en todas las escuelas a las que iban juntos. Incluso se disfruta viendo cómo manipula a su interlocutor, cuando lo ve necesario, usando aquello de la pobre huerfanita recién adoptada.

Desde luego, es una buena lectura para las edades recomendadas (entre 11 y 16 años) pero también lo es para el resto, sobre todo para aquellos espíritus lectores que disfrutan de personajes entrañables como los hermanos Mathew y Marilla que adoptan a Ana a pesar de haber pedido un chico porque necesitaban ayuda en la granja.

Desde el momento en que el adorable Mathew acude a la estación y buscando al “chico” se encuentra con una niña pelirroja sentadita formalmente en un banco, sabes que aquello es amor verdadero. Ella, con 11 años, que ya pensaba que nadie iría a buscarla, lo tenía todo planeado, se subiría a un árbol, al que ya le tenía echado el ojo y dormiría allí toda la noche. Sería incómodo, pero desde allí “Hay más campo para la imaginación” y eso es lo más importante de todo. Pero desde luego, si el señor lo ve más conveniente, no le diría que no a dormir bajo techo, no sería igual de divertido y romántico, pero ella se adapta a todo.

La sociedad de la época está perfectamente plasmada y los roles impuestos también. Tiene momentos reivindicativos donde vemos a Ana ser alentada por Marilla a estudiar y ganarse su propio sustento frente a otros discursos como que las chicas de bien no deben hacer esas cosas porque las distrae de su verdadero cometido. Es un buen mensaje que imagino que en la época en que fue publicado, debió escocer a más de uno y a más de una. Muy valiente por tu parte Lucy Maud.

¿Has escrito un libro y quieres que lo leamos?

Ana Shirley, Ana la de Tejas Verdes ¡qué gran descubrimiento!, ¡qué alegría infundes!, ¡qué felicidad me regalas!

Yo no sé si la Isla del Príncipe Eduardo es tan bonita como la pintas, pero, de cualquier manera, me quedaría con tu versión de esta, porque seguro que hace más llevadera la realidad.
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carolisack
 23 September 2023
La bella y la bestia (Ilustrada) de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont
“Había una vez un mercader que era inmensamente rico. Tenía seis hijos, tres varones y tres hembras, y como el tal mercader era un hombre de buen entendimiento, no ahorró nada en la educación de sus hijos y les dio toda clase de maestros. Sus hijas eran muy bellas, pero la menor era especialmente digna de admiración, tanto que la llamaban desde pequeña la Niña Bella, de modo que su nombre quedó así, lo que suscitó muchos celos en sus hermanas”.

La Bella y la Bestia es un cuento de hadas tradicional francés, que ha circulado durante siglos por toda Europa, tanto en forma oral como escrita y, más recientemente, en adaptaciones cinematográficas.

La primera versión publicada fue obra de la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1740, aunque otras fuentes atribuyen a Gianfrancesco Straparola la recreación de la historia original, en 1550.

Esta hermosa edición de Reino de Cordelia, nos trae la versión más difundida del cuento, que fue publicada en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont

Es la versión escrita más conocida y fue una revisión muy abreviada de la obra original de Villeneuve. Existen muchas variantes de la historia en toda Europa pero la versión de Beaumont es la que goza de mayor fama y es la base de casi todas las versiones o adaptaciones posteriores.

La aristócrata francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711-1780) había emigrado a Inglaterra en 1745, donde empezó a trabajar como profesora y escritora de libros sobre educación y moral. Habiendo leído la novela de Villeneuve, la abrevió en gran medida y la publicó en 1756 como parte de una colección. Tomando los elementos clave de la historia original, Beaumont omitió muchas escenas de los orígenes o las familias de los protagonistas y modificó la escena de la transformación de la Bestia, que en el original de Villeneuve acontece tras la noche de bodas. Escrito como complemento educativo para sus alumnos, muchos de los detalles escabrosos o subversivos del original fueron suprimidos.

La tradición francesa de esta época consistía en elaborar historias cotidianas, con una tendencia a desarrollarlas sobre un trasfondo de emociones humanas en lugar de azares o designios mágicos. Eliminaban todo lo que era sangriento o cruel; escribían de forma directa y concisa, con un estilo sobrio y sin adornos. Los cuentistas franceses adaptaron sus historias a su propio gusto clásico, lógico y hasta racional, aunque Perrault, por ejemplo, inició una tendencia que se apartaba de esta forma tradicional de narrar.

Algunos autores han sugerido que el cuento de La Bella y la Bestia pudo ser influido por una historia real. Se trataría de la historia de Petrus Gonsalvus, el cual nacido en el siglo xvi en la isla de Tenerife (España) fue llevado a la corte del rey Enrique II de Francia. Petrus padecía la enfermedad de la hipertricosis, lo que provocaba un crecimiento anormal de pelo en el rostro y otras partes. En París fue acogido bajo la protección del rey y se casó con una bella mujer parisina llamada Catherine.

Estas influencias en la historia explican las diferencias existentes entre la versión actual de «La bella y la bestia», a través de estos escritores franceses, y las versiones más tradicionales.

La historia de «la bella y la bestia» aparece en otras muchas culturas en diversas formas. Aarne-Thompson enumera 179 cuentos de diferentes países con un tema similar. Generalmente son tres hermanas. La más joven, Bella, es pura y bondadosa, mientras que las otras dos muestran algunos de los peores rasgos humanos: avaricia, envidia, soberbia. Bella no recibe ningún nombre, simplemente es la más joven de las hermanas, y recibe su apodo por su belleza, y por ser la preferida de su padre. Nunca aparece la figura materna, obviando así los conflictos que supondría que tal figura se opusiera a que la muchacha se fuera a vivir con un monstruo. Al mismo tiempo, se permite que la relación con el padre, normalmente rico, sea mucho más estrecha, y posibilite el desarrollo de la narración. Aunque la Bestia pueda adquirir muchas formas (serpiente, lobo e incluso un cerdo), el motivo es siempre el mismo: es rico y poderoso, pero nunca bello o atractivo. En un momento determinado, Bella se separa de la Bestia, que cae, por alguna extraña razón (amor, traición, designios mágicos de su maldición), terriblemente enferma y yace moribunda. Los remordimientos de Bella, ya sean en forma de una simple lágrima vertida o un viaje hasta el fin del mundo por volver con su amado, salvan a la Bestia, y ésta se transforma en un hermoso príncipe. La belleza implícita de la Bestia resurge cuando Bella es capaz de atisbarla bajo la desagradable apariencia exterior.

El cuento ha sido muchas veces interpretado como crítica a los matrimonios por conveniencia. Las primeras versiones provenían de personas de clase alta francesa, donde tales uniones eran habituales. La unión de una chica, especialmente joven, con un hombre mucho mayor que ella, sin su consentimiento, se observa como metáfora en la narración. El cuento critica estas prácticas, pero al mismo tiempo reivindica que, si las mujeres buscan en el interior de sus ancianos maridos, pueden encontrar al ser bondadoso que se esconde tras la apariencia de Bestia. O que ellas mismas consigan esa transformación por medio de su amor.

A mí me pareció una fábula deliciosa, con el lujo añadido de estar editado por Reino de Cordelia, acompañado de las hermosas ilustraciones de Walter Crane. Habla de los celos, la virtud, la nobleza y el amor; una historia preciosa que me resultó como una pequeña flor literaria, que refresca envolviéndote con su aroma. Ahora me encantaría poder encontrar la versión original de Villeneuve, que es mucho más extensa que la de Beaumont, con casi doscientas páginas. Beaumont omitió muchos elementos del original, desvinculándose del sentido de ser una ácida crítica a la sociedad.
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