EDICIONES SM

"La pata de Monkey" es la nueva novela juvenil de Paloma González Rubio. Está pensada para niños a partir de 14 años. Pero desde mi punto de vista es también una lectura apta para adultos, e incluso necesaria por el tema que trata.



Pertenece a la colección "Gran Angular" de SM, y en esta ocasión no incluye ninguna ilustración durante su lectura, detalle que denota que es para niños más mayores.



Paloma González Rubio tiene una manera de narrar ligera y con ritmo, un detalle importante para captar la atención de los jóvenes lectores. Además, con "La pata de Monkey" ha creado un halo de misterio entorno a Monkey desde el primer capítulo. Ese dato, junto con todo lo que va ocurriendo en las hondonadas, es lo que logra mantener la tensión en la lectura.



Con "La pata de Monkey", la autora trata el tema de la inclusión y del acoso escolar.



Elsa y su familia llegan a las hondonadas. Allí regentarán una posada, aunque el edificio es un tanto peculiar. Es como si tuviera vida propia y sólo dejara pasar a quién la posada quiere. Además, en su buhardilla parece haber algo o alguien, que no les permite abrir la puerta y subir. Solo Elsa y Monkey lo lograron nada más llegar.



Paloma González Rubio presenta una historia mezcla de fantasía, con terror y misterio. Es una parábola muy llamativa, ya que durante gran parte de la novela se duda de Monkey, ya que por momentos parece tener vida propia pero en otras ocasiones no parece más que un muñeco. El poder de la posada y los sucesos de las hondonadas con el resto de los niños es otro misterio por resolver, ¿qué es real y qué no?



Todos los niños que viven en las hondonadas tienen algo en común. Todos, por un motivo u otro, sufrieron acoso escolar, y todos necesitaron refugiarse en un sitio que para ellos fuese seguro. A pesar de las diferencias con los niños del pueblo, ellos se sienten a gusto viviendo en las hondonadas, entre la niebla. Allí han creado una comunidad diferente que sólo se comprende si se es uno de ellos. Elsa se integra muy bien, y se hace muy amiga de Ignotus, el cual le va descubriendo los secretos de la posada y de las hondonadas.



A través de los niños de las hondonadas, los lectores descubrirán la importancia de la inclusión, y que porque una persona lleve un sombrero o le guste coleccionar algo no es símbolo de rareza. Tienen que ser conscientes desde pequeños de que tan solo con las palabras se puede hacer mucho daño, que hay muchas maneras de acosar, y que el daño en una persona puede ser irreversible, como le ocurre a Ignotus, y que también es algo que al final afecta a toda la familia.



Desde mi punto de vista, a través de la buhardilla de la posada, la autora también ha creado una parábola. Cuando Elsa e Ignotus están preparados, es cuando la buhardilla les deja acceder. En ese punto ambos saben lo que quieren, y están los dos lados puestos: el caso de Ignotus de quedarse solo, el caso de Elsa, de priorizar a su familia. Es como si la buhardilla fuese su cabeza, sus sentimientos y sus ideas, y ese punto de inflexión en la vida de ambos.



Como he dicho al principio, considero que es también una lectura necesaria para los adultos porque puede ayudar a que vean signos de acoso, o de dar la importancia necesaria a los niños, como cuando Elsa se refugió en Monkey. Para los padres de Elsa no era algo relevante y fue lo que desencadenó el suceso con la pata de Monkey.



Otro aspecto que me ha sorprendido es que, a lo largo de la historia, la autora hace referencia a numerosas obras clásicas. Algunas de ellas no las conocía, y creo que es un punto acertado para rendir homenaje a los autores y que las nuevas generaciones conozcan también esas historias, para que no caigan en el olvido a pesar de los años. Son historias de terror, fantasía y misterio que sin duda también les gustarán, por alguna relación con la historia de "La pata de Monkey" y con lo que la autora deja entrever de ellas, dejando la miel en los labios por saber cómo sigue.
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Últimamente, me da la sensación de llegar tarde a todas las lecturas, con este libro es exactamente eso lo que he sentido, si lo hubiera leído en mi tontolescencia, hubiera sido uno de mis favoritos para siempre, seguro.

En esta ocasión, Jordi nos mete de lleno en la vida adolescente, desde el punto del que lo pasa y también viendo a los que lo sufren alrededor. Cierto es que la protagonista, Patricia, aunque tiene 16 años, es más madura mentalmente que yo con mis taytantos: sabe lo que quiere, y, sobre todo, lo que no quiere. Es un “rara Avis”, que lee, escribe poemas, canta, todo lo hace bien, menos tener seguridad en sí misma. No me he llegado a identificar con ella, pero sí lo he estado en ciertos detalles: Yo también leía cada vez que podía, una tía me decía que me habían puesto gafas por leer tanto, mi primer amor fue un vecino al que nunca besé… pero dentro de mi círculo de a amistades y familia sí había gente que leía, y me animaban a seguir haciéndolo.

Y para eso se cruza en su vida un escritor, que se llama Jordi, ¿Casualidad? Lo dudo. Que no digo yo que me hubiera venido genial encontrar a un adulto de esos, que te suben la moral en esa época en que todo lo que tenga más de 18 años es viejo y no merece la pena, incluidas las canciones, porque nunca he tenido muy claro qué paso era el siguiente.

Está muy bien escrito, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados este autor, aunque esta vez se haya incluso atrevido a poner letras a las baladas. Para mi gusto, no ha funcionado, pero es que yo ya no entiendo a estos jóvenes que no vocalizan al cantar, por lo que mi opinión ha perdido valor.

Si esta lectura hace que cualquier chica o chico que se encuentre en esta época en que todo el mundo está en contra se sienta comprendido, perfecto.

Leído para el reto literario de FB Yo soy una musa de Juani Hernández, y también para un reto propio ABC. Es la historia de dos niños: Jaime y Claudia. Jaime le dice a Claudia que le quiere mucho y ella le pide una prueba de amor, En este caso que le baje la luna, pero como solo existe una decide bajarle cada día una estrella. Es un cuento corto, muy bonito y entrañable.