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 16 April 2024
Breccia Negro Versión 2.0 de Alberto Breccia
Breccia “El Viejo”

Llamado Alberto, Breccia nació en la republica oriental del Uruguay en el año de 1919. Por razones de la vida o tal vez algún duende argentino conocía el futuro de este niño, lo que sea que haya sucedido Alberto Breccia termino en Mataderos en la republica Argentina. Atado al sueño de ser periodista, termino trabajando en un matadero.

“…me costó mucho aprender a dibujar, hasta los 30 años yo era un dibujante que….Yo copiando intentando, sufriendo, como hacen todos, siempre cuesta aprender a dibujar; y se trataba de hacer esto o seguir en un matadero rasqueteando tripas hasta morir, así que seguía con ello o copiaba a Hogarth, porque además el personaje que yo hacía era un tipo a lo Tarzán, nada más enmascarado.” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

En 1936 logra publicar sus dibujos en la revista El Resero. Luego continuo sus publicaciones por las revistas Rataplán, El Gorrión y Tit-Bits, terminaría haciendo pie en el diario La Razón donde destacaría con Puño Blanco. Durante 1938 se suma a las filas de la revista de Bicho Feo, donde comienza una abundante producción de series tales como Kid de Rio Grande, El Vengador y Gentelman Jim. En el año de 1945 entra a la editorial de Dante Quinterno, comienza a trabajar en la revista Patoruzito con la serie de Jean de la Jungla, hasta que sucede su paso a la serie de Vito Nervio, el por entonces famoso detective porteño.

“…ya después, yo diría que mi obra empieza un poco con , que era lo más coherente que hasta entonces había hecho –Mientras que lo anterior había sido tiros al aire, para comer – y que dibujaba con guiones de Leonardo Wadel para Patoruzito. Es por entonces cuando hice varias aventuras para el y también hice , una serie de oeste muy moderna que se ha vendido en Europa también.” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

Vito Nervio



En 1945 Dante Quinterno, viendo que una gran porción del público lector estaba emigrando a otras publicaciones y que Rico tipo (revista fundada en 1944, por Guillermo Divito) su principal competidor se encontraba pisándole los talones. Por eso a Dante Quinterno se le ocurrió sacar a la calle otro semanario con el fin de acaparar el mercado, para afianzar la indiscutible supremacía del cacique millonario el semanario se llamó Patoruzito.

“Patoruzú ya era una institución en los años cuarenta.

Dibujar en Patoruzito era la consagración.

Pero era una revista nueva

Una revista nueva, pero que sale pisando fuerte. Por eso entrar a dibujar ahí era consagratorio.” (Conversación entre Juan Sasturain y Alberto Breccia, publicada en el libro “Breccia, el viejo”, ediciones Colihue. Buenos Aires Argentina Diciembre del 2013)



Fue en el número uno del semanario Patoruzito, que salió a la venta el 10 de Octubre de 1945, donde hizo su primera aparición Vito Nervio el detective porteño por excelencia. Su padre el genial Mirco Repetto se hizo cargo de los guiones mientras que los dibujos recayeron sobre el uruguayo Emilio Cortinas. Debido que Mirco era el director de la revista su firma no figura en la colaboraciones.

Inicialmente Vito Nervio comienza sus andaduras como un detective de la policía porteña, repitiendo una de las formulas más exitosas del momento es decir al mejor estilo de Terry y los Piratas, Vito tenía un compañero llamado Martín. Este personaje no solo compartía protagonismo con Vito sino que incluso podría haber rivalizado por el protagonismo de la serie, siendo no solo el futuro cuñado del protagonista, también compartía su valentía y temeridad. Pero prontamente Vito Nervio decidió trasladar sus aventuras a un espectro mundial, tomando un tono cercano a James Bond, y Martín dejo de aparecer en la serie.

En 1946 Cortinas se radica en el Uruguay y Mirco Repetto se hallaba ahogado en las múltiples tareas de la editorial. Por esta razón se hace una rigurosa búsqueda de un nuevo equipo creativo, tarea que termino por caer en Leandro Wadel guión y un joven Alberto Breccia dibujos. Breccia inicialmente es contratado por su ductilidad para copiar el estilo de Cortinas, incluso las primeras historietas hechas por la dupla siguen siendo firmadas por Cortinas, hasta que finalmente la editorial acepta el cambio y los autores pueden firmar con sus nombres la obra. Es aquí donde Breccia comienza a sentirse más cómodo y a generar toda una etapa de experimentación que dudaría hasta su desaparición física. Durante la etapa de Vito Nervio, Breccia comienza a soltarse alejándose de su estilo anterior tan similar a Hogart y a Caniff, esta evolución fue lenta debido a gran medida a al dueño de la editorial Dante Quinterno, quien tardo cinco años en aceptar que se le aplastara el jopo tan distintivo de Vito Nervio. Incluso Wadel se anima a incorporar cambios en la historia donde incluso hace su aparición al mayordomo negro de Vito Nervio llamado Alí, muy similar a Lothar en Mandrake el mago (tira creada por Lee Falk).

Las historias de Vito Nervio dura hasta 1960 siempre firmada por Wadel – Breccia. Con un descanso de unos 14 años Vito Nervio volvería a vivir sus aventuras en la revista Chaupinela otra vez con la genial dupla, Wadel y Breccia, a la cabeza. En estas historias publicadas a mediados de los ´70, se nos presenta una versión de Vito Nervio más vieja donde el detective ya es abuelo, está retirado y es director de una escuela de detectives. Está renovada versión del detective porteño no cuajo entre los lectores.

Durante su etapa de Vito Nervio Alberto Breccia fundó la revista de relatos policiacos llamada Captura fue maestro en la escuela Panamericana de Arte, y realizo un personaje humorístico con guiones de Abel Santa Cruz llamado Pancho López.

Sherlock Time, Hora Cero, Mort Cinder, Misterix.



Durante finales de los cincuenta, más específicamente 1957 se funda la Editorial Frontera dirigida por Oesterheld. Es en esta etapa que para muchos es el inicio de la historieta adulta a nivel mundial donde Alberto Breccia abandona definitivamente su estilo clásico e inaugura un estilo personal e inconfundible.

“… el cambio hacia mi actual forma de ver la historieta y de dibujarla… yo estaba paseando una noche con Hugo Pratt, por Palermo… que me dijo, en un coche, . Me dio mucha rabia pero tenía razón.” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

Es así que en diciembre de 1958 en el numero 5 de Hora Cero Extra! aparece por primera vez Sherlock Time. Un detective del tiempo con un oscuro pasado, las aventuras de este extraño personaje serán narradas por el jubilado Luna. Esta historieta significo todo un avance en cuanto a la temática, la forma de narrar las aventuras e incluso algunos aventuran un antecedente a la película Aliens. Lo cierto que aquí podemos ver a un Breccia experimentado en el enfoque narrativo sacando lo mejor de cada aventura.

“El estilo es relativo. Yo no creo en los estilos, los estilos son amaneramiento. Aquello fue un cambio de concepto y creo que fue muy importante, porque marca un cambio muy grande para mí. Hay que tener en cuenta lo difícil que es moverse en el arte, sobre todo, después de muchos años de oficio.” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

A pesar del éxito artístico y comercial de Sherlock Time, después de realizar 150 páginas Alberto Breccia decide abandonar al personaje, debido a la necesidad económica y a la crisis de la editorial también abandona Frontera para dedicarse a la publicidad. Luego emigro al Sindicato Fleetway, para la cual hizo algunos westerns, pero termino abandonando por cansancio. Por ese entonces su esposa enferma gravemente y recibe un trasplante de riñón, comenzando una larga y agónica peregrinación para Alberto a la hora de buscar los remedios para su mujer. Entre visita a las fabricas de remedios, donde llega a presentar certificado de indigente para poder conseguir los preciados medicamentos, Alberto Breccia dibuja Mort Cinder.

“… no estaba pensado para una publicación concreta, salió porque salió, y se publico completo, en una revista semanal que no tenía casi tiraje, que era muy pobre, hasta que se terminó. La primera aventura no salió nunca porque había un problema con Mort Cinder, cuyo argumento estuvimos discutiendo con Oesterheld durante meses, hasta que nació como nació. Yo me puse a buscar el personaje, pero así en frio… Entonces le pedí, (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

A la hora de salir publicado Mort Cinder, Breccia había decidido abandonar la historieta. Siempre preocupado por conseguir una mejora económica debido al delicado estado de salud de su mujer.

“… yo ganaba entonces 4.500 pesos a la semana y mi mujer necesitaba 5.000 pesos diarios de remedios me dije ” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

Por ese entonces junto a varios amigos funda una escuela que se llamo Instituto de Arte, que llego a tener 45 profesores. Los cuales se distribuían en varias especialidades dibujo animado, ilustración, publicidad, historieta, cine, etc., el instituto llego a tener 700 alumnos y duro hasta 1971, donde los socios se dispersaron.

Aun así y todo Mort Cinder es considerado tanto por lectores y críticos como la mejor obra de Breccia. Lo cierto es que en esta historieta Breccia muestra en toda su plenitud la capacidad para crear atmosferas. Las historias transitan del terror, a la pena y la melancolía de lo perdido. El estado de ánimo de Alberto influye notablemente en esta obra pues tanto en los gestos de un ser maldecido con la inmortalidad como es Mort Cinder, el cual cuentas sus historias con un deje de perdida donde hasta la más tenebrosa y violenta de sus historia se cuentan con nostalgia de lo perdido. Así como en el interés del viejo anticuario, donde el viejo se dibujo a sí mismo, por escuchar esas aventuras y así poder vivirlas aunque sea un poco. Es decir más allá del genial guión de Oesterheld lo que Breccia descubre es la posibilidad de mirarse hacia adentro y descubrir si hundirse en la tristeza inmortal o salir a enfrentar la vida.

El Che, El Eternauta, Evita y Murray



En 1968 para lo que iba a ser una serie de próceres latinoamericanos Héctor Germán Oesterheld, se vuelve a reunir con Alberto Breccia el cual venía acompañado de su hijo Enrique Breccia, para realizar la vida del Che. Pero antes pongámonos un poco en el contexto histórico en que fue realizada esta obra, pues para finales de los sesenta el Che ya había sido muerto en Bolivia, Perón se encontraba en el exilio, Evita había muerto varios años antes producto de una enfermedad fulminante y nos encontrábamos bajo otro gobierno militar (¿ Y van?) presidido por Onganía. Bajo ese contexto francamente desfavorable, es que se produce y es publicada “La vida del Che”. Oesterheld escribe un guión que no aspira a panfleto político directo (con solo la presencia del Che es necesario) y tampoco pretende contar una aventura; solo se limita a mostrar la vida de este hombre sin juicios o prejuicios que estorben los hechos y la filosofía de vida del Che. Alberto encargado de contar la primera parte de la historia opta por elegir un estilo que ya utilizaba para la revista Billiken, donde contaba la vida de los próceres del 25 de mayo. Este estilo es testimonial, algo más limpio alejado de las experimentación tan característica de Alberto, es decir apela a su lado profesional.

“… bueno, con el Che ocurrió las cosa más insólitas. Lo del Che puede ser un show. Fue un mal negocio desde el punto de vista económico, pero muy lindo para hacerlo. La provoco una oleada de opinión, sobre todo en el gobierno de Onganía, incluso se publico una editorial en el diario La Nación vapuleándome a muerte. Eso provoco que la embajada de los Estados Unidos lo comprara y a partir de eso la embajada da parte al SINE –Servicio de Información del Estado- que fue a mi casa y me hizo una ficha. La embajada me llamó, nos llamó para felicitarnos y encargarnos que hiciésemos la vida de Kennedy, que no se hizo, aunque ellos compraban la edición…”

“Y después el Ejército -mientras el SINE hacía ficha como elemento subversivo- me pidió que hiciese una para repartir entre los soldados, yo pedí un precio altísimo por página y entonces no se hizo.” (Entrevista realizada por Antonio Martín para la revista Bang! Cuaderno N°10, 1973)

Por otro lado la segunda parte del libro y por consiguiente la muerte del Che estuvo a cargo de Enrique Breccia, siendo este su primer trabajo profesional, aunque antes ya había colaborado con su padre. Al leer la historia es increíble que este sea el primer trabajo de Enrique pues hace un fantástico trabajo con un etilo contundente. Utilizando trazos fuertes y contundentes casi pasionales, se toma el trabajo más allá de cualquier corrección profesional se podría decir que entendió de primera mano lo que significaba el publicar la vida del Che en aquella época.

“En esa época, el Che aún no tenía la categoría de figura mítica que tiene hoy. Entendiendo por mítica a esa figura congelada (y por lo tanto inofensiva) en que lo transformaron los dos actores que en ese entonces se disputaban la hegemonía del poder mundial: La Unión Soviética y los EE.UU. En la Argentina, las ideas del Guevara eran un imán para la juventud. Aquí se vivía días de mucho ajetreo político e ideológico, que recuerdo como momentos de debate intenso e enriquecedor.”

“ Por mi edad, 22 años, sentía la fascinación que despertaba la figura del Che, pero por otro lado había empezado a militar en un espacio del peronismo que ideológicamente estaba lejos de sus ideas. De todas formas, en esos días todos los jóvenes (de una u otra manera) nos sentíamos atraídos por Guevara. Algunos por su ejemplo militante, como mi caso; y otros por sus ideas. Si hubiera creído en el socialismo, hubiera sido socialista y no peronista. Por otro parte, la lucha armada como método de acción política terminó demostrando su trágico fracaso en nuestro país. En realidad, termino siendo funcional a los intereses que decía combatir” (Extracto de la entrevista realizada por Fernando Ariel García para la edición del La Vida del Che Editorial Doedytores 2011)

Por ese entonces Breccia también viaja a Chile para hacer la historia grafica de chile libro ilustrado a colores con datos históricos. Su estadía duraría un mes donde se documento para realizar los dibujos de la parte que le tocaba, que iba desde la invasión Mapuche hasta Frei, quien le había realizado el encargo. Lamentablemente el libro fue secuestrado y quemado por el gobierno de Allende. También realizaría la Historia Gráfica de la república Argentina, en colaboración con otros autores. El periodo que le toco ilustrar fue el que va desde 1825 hasta 1930, la edición también era en libro y a colores.

Durante 1969 Héctor Germán Oesterheld recibe una oferta de la revista Gente para publicar el Eternauta. Debido a que los dibujos de Solano López no convencen al editor, se convoca a Alberto Breccia. Aprovechando la ocasión de una nueva edición y un nuevo dibujante Oesterheld aprovecha para reescribir la obra dándole un tono más político, así acercarla a sus ideas. Por otro lado Alberto retoma la experimentación casi violenta, pues no hace concesiones con nadie a la hora del dibujo. La técnica y estilo utilizados, hacen de esta una obra única que hasta el día de hoy sorprende. Con un trabajo bajo todos los aspecto radical utilizando tramas mecánicas, tintas, efectos ópticos, collages, todo mesclado para conseguir contar una historia sublime y contundente. Lamentablemente el medio donde fue publicado no era el apropiado pues tanto el mensaje de Oesterheld, como la experimentación de Breccia eran completamente ajenas a la temática frívola de la revista Gente. Por esta razón, la críticas de los lectores y una oficina editorial conformista la edición quedo trunca.

“El Eternauta en Gente fue un fracaso. Y fracasó porque no era para esa revista. Yo era otro. No podía hacer lo mismo. Y Breccia, por su lado, también era otro. Ese Eternauta tenía sus virtudes, pero también sus contras. Por un lado, su mensaje literario. Por otro su mensaje gráfico. Con respecto a su mensaje literario me enteré, mucho más tarde, que me habían suprimido párrafos enteros.” .” ( Reportaje hecho por Guillermo Saccomanno y Carlos Trillo en 1973)

Hasta tal punto llego el reclamo de los lectores, que luego de publicar el ultimo capitulo se le adjunto una carta del editor pidiendo disculpas. También otro hecho curioso es que aquí Oesterheld ve la supresión de párrafos como algo referente a la censura interna de la editorial, aunque Breccia también se refirió al final resumido de la obra y la quita de texto de la misma:

“… no, él no la pensó resumir, porque Oesterheld es un guionista, es decir, es un cuentista excepcional, pero no es guionista; con él hay que hacerlo todo, hay que cortar, hay que hacer una cosa distinta de lo que él da; el escribe mucho no se da cuenta que no, que no se puede
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