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Reino De Cordelia

Editorial Reino de Cordelia especializada inicialmente en ensayo literario y poesía, pero también tiene una colección de narrativa.

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Sand_erase
 24 April 2024
Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell
Érase una vez un libro escrito por Margaret Mitchell (Atlanta, 1900-1949), una destacada escritora estadounidense conocida principalmente por su única novela, "Gone with the Wind" (Lo que el viento se llevó), que la catapultó a la fama literaria y la convirtió en un fenómeno cultural. Comenzó su carrera literaria como periodista, trabajando para el diario "The Atlanta Journal" como reportera, labor en la que desarrolló habilidades narrativas y una profunda comprensión de la sociedad sureña, que luego plasmó en su obra más famosa. La inspiración para esta novela surgió de las historias que escuchó sobre la Guerra Civil y la postguerra mientras crecía en Atlanta, Georgia. La publicación de la novela en 1936 fue un éxito instantáneo, ganando el Premio Pulitzer en 1937 y convirtiéndose en uno de los libros más vendidos de la historia. La adaptación cinematográfica, estrenada en 1939, también fue un éxito rotundo, consolidando aún más la fama de Mitchell. A pesar de su impacto literario, Mitchell nunca escribió otra novela completa después de esta; sin embargo, continuó escribiendo ensayos, artículos y cartas, aunque en su mayoría para consumo privado. No obstante, su legado perdura a través de su obra maestra, que sigue siendo una de las novelas más queridas y estudiadas de la literatura estadounidense.



Érase una vez un libro cuya trama nos sumerge en la tumultuosa época de la Guerra de Secesión y la subsiguiente reconstrucción del sur de Estados Unidos, narrando la vida de Scarlett O'Hara, una joven sureña de espíritu indomable y pasiones ardientes. Obligada a confrontar la ruina de su mundo familiar y social por el estallido del conflicto, su travesía la lleva desde la esplendorosa opulencia de las plantaciones de algodón hasta la desolación y la desesperanza. En su afán por preservar su estilo de vida y recuperar el amor de Ashley Wilkes, un hombre comprometido, Scarlett se enfrenta a innumerables retos personales y sociales, desafiando las convenciones de la época y adaptándose a los radicales cambios que la rodean. En este viaje tumultuoso, se cruza con personajes inolvidables, como Rhett Butler, un enigmático y carismático caballero, con quien entabla una relación tan compleja como apasionada.



Érase una vez un libro que cuenta con un elenco de personajes complejos y multidimensionales, que reflejan las diferentes facetas de la sociedad sureña durante la Guerra de Secesión y después. Son seres humanos con sus virtudes y defectos, cuyas acciones y relaciones están moldeadas por el contexto histórico y social en el que viven. A lo largo de la novela, se enfrentan a desafíos personales y sociales, revelando sus fortalezas, debilidades y luchas internas mientras luchan por sobrevivir en un mundo cambiante y tumultuoso. Cada personaje aporta su propia voz y perspectiva a la narrativa, enriqueciendo la experiencia de lectura y ofreciendo una visión más completa de la época y la sociedad en la que viven. De todos ellos, por su relevancia, destacaría los siguientes:



- Scarlett O'Hara: Es la protagonista indiscutible de la novela. Es una joven de la alta sociedad sureña, acostumbrada a salirse siempre con la suya por su fuerte voluntad y temperamento obstinado. Es un personaje complejo y fascinante que encarna la lucha y la determinación en medio del caos y la adversidad. Al principio de la novela, es retratada como una joven de la alta sociedad sureña, conocida por su belleza deslumbrante, su ingenio agudo y su naturaleza obstinada. Scarlett se presenta como una mujer impulsiva y apasionada, cuyo mayor deseo es casarse con Ashley Wilkes, el amor de su vida, y mantener el estilo de vida al que está acostumbrada en la plantación familiar de Tara. A medida que avanza la trama y la Guerra de Secesión golpea el sur, Scarlett se ve obligada a adaptarse a una nueva realidad llena de privaciones y dificultades. Se enfrenta a la devastación de su mundo familiar y social, perdiendo a seres queridos y viendo cómo su plantación se desmorona. A pesar de las adversidades, Scarlett demuestra una increíble tenacidad y determinación para sobrevivir, adoptando una mentalidad pragmática y dispuesta a hacer lo que sea necesario para asegurar su supervivencia y la de su familia. A lo largo de la novela, Scarlett experimenta un profundo desarrollo personal, pasando de ser una joven frívola y egoísta a una mujer fuerte e independiente. A medida que asume la responsabilidad de cuidar de Tara y de su familia, muestra una capacidad notable para tomar decisiones difíciles y enfrentarse a las consecuencias de sus acciones. Aunque a menudo es criticada por su falta de escrúpulos y su egoísmo, Scarlett es un personaje profundamente humano, con defectos y virtudes que la hacen excepcionalmente realista y convincente. Su complejidad y su viaje de autodescubrimiento la convierten en uno de los personajes más memorables de la literatura.



- Rhett Butler: Un personaje enigmático y carismático, conocido por su ingenio y su actitud desafiante. Desde su primera aparición en la novela es retratado como un forastero en la sociedad sureña, con un aire de misterio y rebeldía que lo distingue del resto. Es conocido por su astucia, su ingenio afilado y su desdén por las convenciones sociales, lo que lo convierte en un personaje intrigante y fascinante. Rhett se enamora de Scarlett en cuanto la ve por primera vez, pero su relación estará marcada por la tensión y el conflicto debido a sus personalidades obstinadas pero ambos sienten, a la vez, una profunda conexión emocional que los une a pesar de sus diferencias. A medida que la historia avanza, se revelará como un hombre de múltiples facetas, con una mezcla de cualidades que lo hacen tan atractivo como problemático. Es un individuo pragmático y despiadado, dispuesto a aprovecharse de las circunstancias para obtener lo que quiere, pero también es un romántico empedernido, capaz de gestos de generosidad y afectos inesperados.



- Ashley Wilkes: Es el interés amoroso de Scarlett desde su juventud, un personaje complejo y contradictorio que representa el arquetipo del caballero sureño, marcado por su educación refinada, su gentileza y su lealtad a las tradiciones y valores de la sociedad. Es un hombre apuesto y amable, respetado y admirado por su comunidad, que encarna los ideales de honor y caballerosidad propios del Sur, tanto antes como durante la Guerra Civil. Sin embargo, a pesar de su atractivo superficial y su encanto personal, Ashley es un personaje atormentado por conflictos internos y dilemas morales. Se debate entre su deber hacia su familia y su país y sus propios deseos y convicciones personales. A lo largo de la historia se enfrenta a una serie de decisiones difíciles que ponen a prueba su integridad y su lealtad y lo obligan a confrontar las contradicciones entre sus valores idealizados y la cruda realidad de la guerra y el cambio social. Está retratado como un hombre sensible y reflexivo, profundamente arraigado en su cultura y su identidad sureña, pero también como alguien nostálgico y melancólico, atrapado en un mundo que está desapareciendo ante sus ojos. Su relación con Scarlett refleja su lucha interna entre el deber y la pasión, la lealtad y el deseo, y su incapacidad para comprometerse plenamente con ella es un tema recurrente a lo largo de la novela. No obstante, es un símbolo de la complejidad y la ambigüedad de la experiencia sureña durante la Guerra Civil, un hombre dividido entre su lealtad al pasado y su incertidumbre sobre el futuro, cuyo destino está inexorablemente ligado al destino de su tierra natal y su gente y, aunque Scarlett está obsesionada con él, nunca corresponde plenamente a sus sentimientos, ya que está comprometido con Melanie Hamilton.



- Melanie Hamilton: La esposa de Ashley y prima de Scarlett, es una mujer de gran bondad, paciencia y comprensión, cuya generosidad y altruismo son inquebrantables incluso en las circunstancias más adversas. Desde el inicio de la novela, se presenta como un contrapunto a la impetuosa y egoísta Scarlett O'Hara y, a diferencia de ella, cuyas motivaciones a menudo están impulsadas por el deseo de poder y riqueza, es desinteresada y altruista y siempre está dispuesta a sacrificar su propia felicidad por el bienestar de los demás. Su amor incondicional por su esposo, Ashley Wilkes, y su devoción hacia su familia y amigos son ejemplos de su naturaleza generosa y desinteresada y, a pesar de enfrentarse a numerosas dificultades y tragedias a lo largo de la novela, incluida su propia enfermedad, es capaz de mantener una actitud serena y optimista, mientras encuentra las fuerzas suficientes para ayudar a los demás y mantener viva la esperanza, incluso en los momentos más oscuros.



- Mammy: La fiel esclava y ama de llaves de la familia O'Hara, desempeña un papel importante en sus vidas, ofreciendo consejos sabios y apoyo incondicional a lo largo de la historia. Encarna la sabiduría, la lealtad y la fortaleza en medio de las turbulencias de la Guerra Civil y la reconstrucción del Sur de Estados Unidos. Como esclava y figura materna de la familia O'Hara, desempeña un papel crucial en la vida de Scarlett O'Hara y en la dinámica de la plantación de Tara. Es conocida por su perspicacia, su pragmatismo y su fuerte personalidad y, a medida que avanza la historia, ofrece consejos sabios y sinceros a Scarlett, a menudo actuando como la voz de su conciencia. Su profunda conexión con la familia O'Hara la lleva a preocuparse por su bienestar y a hacer todo lo posible para protegerlos y guiarlos, incluso cuando se enfrentan desafíos difíciles. Aun siendo una figura de autoridad en Tara, también es retratada como una persona compasiva y cariñosa, especialmente en sus interacciones con los niños y otros miembros de la familia. Además de su papel como cuidadora y confidente, también es un símbolo de la resistencia y la dignidad de la comunidad afroamericana en el Sur durante la era de la esclavitud y la posguerra. Aunque esclava, demuestra una fuerza interior y una determinación que desafían las limitaciones impuestas por su condición, convirtiéndola en un personaje profundamente respetado y admirado.



Érase una vez un libro con un estilo muy peculiar, que se caracteriza por una prosa rica y descriptiva que nos sumerge de lleno en la atmósfera del viejo sur estadounidense. Para ello, la autora utiliza una narrativa detallada para descubrirnos los escenarios y los personajes, ofreciendo imágenes coloridas y evocadoras que dan vida a la época y al entorno social en el que se desarrolla la historia. Además, tiene una notable habilidad para capturar el lenguaje y los modismos del sur, lo que añade autenticidad y realismo a la narrativa. Sus diálogos son ágiles y llenos de vida, proporcionando profundidad a los personajes y así hacer avanzar la trama de manera dinámica, mientras mantiene un ritmo narrativo cautivador. Su prosa es fluida y envolvente, lo que nos permite experimentar plenamente las emociones y los dilemas de los personajes.



Érase una vez un libro donde la ambientación juega un papel fundamental y se caracteriza por transportarnos al sur de Estados Unidos durante la Guerra Civil y su posterior reconstrucción. Con una prosa detallada, la autora nos sumerge en los paisajes sureños, desde las majestuosas plantaciones de algodón hasta las calles polvorientas de Atlanta. A través de sus descripciones, podemos visualizar la opulencia de las grandes mansiones sureñas, la belleza de los campos de algodón y los robles cubiertos de musgo, pero también somos testigos de la dureza de la vida de los esclavos y la brutalidad de la guerra. Estos escenarios están llenos de contrastes, reflejando tanto la riqueza como la devastación causada por el conflicto. Asimismo, la novela nos permite adentrarnos en los profundos cambios sociales y políticos que marcaron esa época turbulenta de la historia estadounidense. Desde la decadencia de la sociedad sureña tradicional hasta los desafíos de la reconstrucción y la lucha por la supervivencia en medio del caos y la incertidumbre, la transformación del sur se convierte en un elemento central de la trama.



Érase una vez un libro que aborda una amplia gama de temas, tan complejos como universales. A través de la historia, la autora explora los impactos devastadores de la Guerra de Secesión en la sociedad sureña, destacando las pérdidas humanas, la destrucción de propiedades y las rupturas familiares. La vida en las plantaciones de algodón y las complejas relaciones entre propietarios y esclavos se presentan con detalle, revelando las tensiones sociales y los conflictos de poder inherentes a esta estructura social. Además, la novela examina las luchas por el poder y el control sobre la tierra y la riqueza, así como las relaciones interpersonales marcadas por el amor, la amistad y los conflictos familiares. A lo largo de la historia, los personajes enfrentan desafíos existenciales que ponen a prueba su identidad y su capacidad para adaptarse a los cambios sociales y políticos que trae consigo la guerra y la reconstrucción, reflejando así la resistencia al cambio y la lucha constante por la supervivencia en un mundo en constante evolución.







En definitiva, érase una vez un libro considerado una obra maestra de la literatura por cautivar a generaciones de lectores con su poderosa historia y sus personajes icónicos e inolvidables, ya que nos ofrece una mirada fascinante de la sociedad del sur de los Estados Unidos antes, durante y después de la guerra a través de uno de los personajes más complejos y fascinantes que ha dado la literatura de todos los tiempos, una mujer cuya determinación y ambición la llevan a alcanzar momentos de gloria y tragedia en una narrativa épica de amor, guerra y redención. Un libro rico en cuanto a los temas que aborda, que van desde los aspectos más íntimos de la vida humana hasta las fuerzas que moldean la historia y la sociedad y con una ambientación que no solo sirve como telón de fondo histórico, sino que también enriquece la experiencia de lectura al sumergirnos en la complejidad y el dinamismo del sur de los Estados Unidos durante uno de los períodos más tumultuosos de su historia.




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Anafenix
 23 April 2024
La isla del tesoro de Robert L. Stevenson
Otro clásico mas que no me llega, el inicio me gusto mucho pero después para mi cae en picado, por otra parte utiliza muchísimos vocablos específicos del mundo del mar, hay párrafos enteros donde una escena de acción deja de tener interés por convertirse en una sucesión de palabras desconocidas, y ahora habrá quien diga, "utiliza un diccionario" si claro pero si hago eso, toda la acción se va al garete, creo que por utilizar ese lenguaje ha hecho que me pierda escenas, y también el cambio de personajes me ha hecho sentir a veces que faltaban cosas, de hecho he tenido que mirar a ver si mi versión era integra o resumida( era integra) , así que ,otro clásico mas que me decepciona, al menos no ha sido muy largo

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Gww
 20 April 2024
La isla del tesoro de Robert L. Stevenson
En algún lugar leí que La isla del tesoro es un libro que admite lecturas diferentes según se va creciendo. Desde la simple aventura juvenil en la que el lector se identifica con el grumete Jim y su sed de vivencias, a la senectud donde uno puede medir sus ansias de vida con la libertad de Long John Silver.







Armado por estas razones, y por las ganas de disfrutar nuevamente de este gran libro, vuelvo a abrir sus páginas y a zambullirme en las aguas oceánicas en busca de la isla del esqueleto, con el magnífico, aunque algo impreciso y macabro, mapa del tesoro y acompañado por una tripulación formada a partes casi iguales por bucaneros asesinos y prohombres que pasean con orgullo la enseña británica.







Poco sentido tiene repasar el argumento de esta novela ya que casi todo el mundo la habrá leído, en mejores o peores versiones, o en todo caso, visto alguna de las numerosas películas que se han rodado sobre la base de un guión adaptado de la obra de R. L. Stevenson. Por ello, comenzamos las reflexiones sin más.







Y la primera de ellas surge nada más iniciada la obra. El pequeño Jim Hawkins se apropia del mapa del tesoro de la isla al tratar de recuperar el dinero que le debe a su madre, por los gastos de hospedaje, el capitán Billy Bones, recién fallecido tras recibir la Marca Negra. Jim muestra el mapa al doctor Livesey y éste al caballero local, un pequeño terrateniente con algún cargo administrativo para dar lustre a su bajo título nobiliario.







Y ni cortos ni perezosos, arman una goleta, La Española, contratan a un capitán y a una tripulación para partir en busca del tesoro y repartirlo como buenos hermanos. El tesoro parece haber sido enterrado en la isla por el temible capitán pirata Flint y, por tanto, no parece tener un origen lícito. Y sin embargo, no se plantean que tal vez el mismo deba ser devuelto a sus legítimos propietarios, al gobierno de Su Majestad o a quien corresponda. Tampoco se plantean que si el chico encontró el mapa, a él le corresponde el tesoro. Sin más, entienden que, como el fruto de la tierra, está ahí para tomarlo.







Supongo que los estudios jurídicos me delatan pero las preguntas continúan porque, por desgracia para estos supuestos buenos hombres, la tripulación contratada es, en gran medida, el resto superviviente de los compañeros de peripecias de Flint, encabezados por su contramaestre, el tullido Long John Silver y su loro parlante, también llamado con fina ironía Capitán Flint. Así que los piratas navegan rumbo a la isla con la misma intención que los rectos hombres, la de apropiarse de un tesoro que, en puridad, les pertenece tanto como a Jim y sus compadres. No sabría decir quién es más pirata aquí.







Y como siempre ocurre, el joven Jim crece en las pocas semanas que dura el tiempo de la narración, madura como persona aprendiendo de cuantos le rodean. En él surgen los sentimientos de nobleza y lealtad, los del esfuerzo y el heroísmo, pero también la extraña dualidad que habita en todos nosotros, el que un tremendo bribón como Long John Silver, pueda protegernos y amarnos como si fuéramos el hijo que nunca tuvo y, al tiempo, ser objeto de devoción, como la figura paterna que Jim necesita, igual que cualquier huérfano novelesco que se precie.

















La personalidad de este joven Jim es otro de los enigmas, un personaje bien construido puesto que podemos aventurar sus dudas y cavilaciones sobre su propio papel en toda la trama, o su relación confusa con el pirata. Y es que la llama de la libertad, tal vez unido a los efectos de los alisios le hacen cometer locuras como huir del fortín y tratar de arrebatar la goleta a los piratas, aventuras de las que sale con vida tan solo gracias a la magnanimidad del autor. Pero en todas ellas late profunda, apenas reconocible, la semilla plantada por el alma indómita de Long John Silver.







Pero volviendo junto al caballero, al doctor y el capitán que han contratado, que se muestra tan honrado y leal como ellos, nos asaltan nuevos interrogantes. Cuando regresan a la goleta, con el tesoro a buen recaudo, y zarpan junto a Long John Silver, con la promesa tácita de procurar no denunciar sus fechorías, volvemos a estar ante otro acto arbitrario. Es cierto que parecen necesitar del pirata para completar la escasa tripulación que les lleve a puerto seguro, pero realmente, ¿no están encubriendo todos los crímenes cometidos en este viaje?¿No manchan sus manos con la sangre de todos los muertos?¿No se condenan a ellos mismos por no entregar a la Justicia al contramaestre de Flint?







Más aún, ¿realmente se sorprenden cuando el pirata escapa una noche del barco, atracado en un fondeadero de la América Española? ¿Esperaban otra cosa? Al fin, y como siempre suele suceder con este libro, todos los personajes resultan algo maniqueos, simples, previsibles hasta cierto punto, pero el que concita todas las simpatías, el que se aferra a la vida y a la libertad como ningún otro, el que tiene claras sus lealtades (siempre a sí mismo) es el pirata de la muleta.







Y es este Long John Silver quien ha perdurado, junto a su loro, como el icono permanente de la obra, la referencia que llegó incluso a estar a punto de nombrar a los Beatles, cuando John Lennon, dio por bautizar a su grupo antes de saltar a la fama con el extraño apelativo de Long John and The Silver Beatles. Es la referencia de una maldad que puede desdoblarse en dulzura sin que uno llegue a saber nunca realmente cuál es el verdadero aliento que le impulsa, cual es el auténtico sentimiento del pirata. Porque, si Long John hubiera nacido en otra cuna, en la del caballero, por ejemplo, ¿habría cambiado la novela?¿Habría sido tan recto como aquel?¿Tan amante de su patria?







Creo que a este Long John Silver le es de aplicación la canción del ron que este libro ensalza como canto pirata por excelencia.







Quince hombres con el cofre del muerto,



ja, ja, ja, ja, y una botella de ron.







Pero creo que también le habría gustado poder cantar otra canción de piratas, la que escribió Espronceda reflejando todo el aire de libertad que tan bien encarna nuestro pirata cojo.







Que es mi Dios la libertad,



mi ley, la fuerza y el viento,



mi única patria, la mar.







Y es esta conexión con el Romanticismo la última reflexión que me evoca ésta mi última lectura del libro por el momento. Aunque el libro se publicó inicialmente por entregas en 1881, cuando ya las modas románticas habían dejado paso al realismo, lo cierto es que este libro refleja como pocos ese ansia de libertad, ese enseñoramiento de uno mismo, la capacidad de elegir nuestro destino aún a costa de tener que escapar de la realidad confortable que nos acoge y adormece. Tal y como hizo Stevenson, en una peregrinación constante para alejarse de la fría Escocia, siempre por supuestos motivos médicos, siempre con un afán de forjar su propia voluntad.







La edición imprescindible de La isla del tesoro siempre será para mí la de Anaya, con su increíble croquis de La Española y las denominaciones de todas sus partes, velas, palos y trinquetes. También con su magnífico mapa del tesoro y, en esta última edición que he manejado, con un sorprendente epílogo a cargo de Santiago R. Santerbás, cuya lectura recomiendo encarecidamente. La traducción a cargo de María Durante sabe respetar el habla tabernaria y marinera de los piratas, pero también el estilo redicho y engolado de los buenos caballeros.







Porque La isla del tesoro es la obra perfecta de aventuras, la que resume todos los elementos que hoy atribuimos a este género. Todos sus elementos son tan clásicos que uno, cuando la lee por primera vez, casi no es consciente de cómo ha moldeado la imagen que tenemos sobre los piratas, que todos llevan un loro en el hombro, que beben ron, que entierran tesoros para luego recuperarlos en mejor momento si es que nadie se les adelanta.







Es seguro que Stevenson tomó todos estos elementos de obras ajenas en la misma proporción que de su propia inspiración, pero de toda esa mezcla supo extraer un fruto perfecto, una narración que pervive como referencia absoluta de los libros que leímos siendo jóvenes. Por ello, no está de más revisitarla para descubrir que el Stevenson que la escribió ya tenía algunos años encima y que, como Long John Silver, su huida hacia adelante que le llevaría a los Mares del Sur no era otra cosa que la búsqueda de la libertad, de su inspiración, y de todo eso que le está vedado comprender a un joven. Así que la voz de un maduro Stevenson se nos abrirá con facilidad desde una lectura algo más madura, no mejor, solo diferente.







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