Errata Naturae

Octubre vive en el bosque con su padre, casi desde que nació, porque "la que dice que es su madre" finalmente decidió ir a dar a luz al hospital.



Es una niña, libre y salvaje.



Cuando está a punto de cumplir once años encuentra una lechuza muerta y una cría cerca de ella que aún vive. Sabe que debería dejarla, que el bosque se ocupará. Pero no puede dejar de pensar en que la cría morirá de frío o hambre.



El día que cumple once años todo cambia. Todo su mundo, protegido y seguro dentro de las lindes del bosque, se viene abajo.



Una lectura amable, que huele a hierba y hojarasca, a tierra mojada, que suena al viento entre los abetos, al crepitar de la hoguera y al crujir de las pisadas sobre la nieve.



También al ulular de una pequeña lechuza que lucha por sobrevivir.



Una edición de Errata Naturae preciosa, con una portada que no puedes dejar de mirar y mirar de la ilustradora Ángela Harding.



"Octubre, octubre" nos conecta con lo salvaje que habita en todas nosotras, con esa naturaleza que, si miramos bien, encontramos en cualquier sitio.



Leyéndolo me venían a la mente "El niño ciervo", solo que en los bosques de Inglaterra y sin un apocalipsis vírico, y "Captain fantastic".

Sue Hubbell decidió, junto a su marido, irse a vivir a las montañas Ozarks y dedicarse a la apicultura. Poco después se separaron y ella continuó viviendo allí, en aquella cabaña en mitad del bosque.



Durante el paso de las estaciones nos va relatando su cotidianeidad: el cuidado que requieren las abejas en las diferentes épocas, los animales salvajes y los que conviven entre las paredes de su cabaña, las historias de los vecinos o las visitas de amigas y familiares.



Me parece una mujer valiente. Decidió quedarse a pesar de las muchas dudas, de ser una mujer que ya no era joven (me ha encantado la reflexión que hace sobre las mujeres "maduras" como ella dice), de la incertidumbre de no saber si podría dedicarse a vender miel en un futuro y de disponer de pocos ingresos.



Ese vivir con lo mínimo que tanto nos cuesta.



Se quedó y eligió encontrarse a sí misma en aquel bosque.

¿Puede hacer un lugar más agreste para vivir que el Ártico? Desde Alaska y Norteamérica hasta Siberia, pasando por Groenlandia, el pueblo inuit ha vivido en el norte geográfico desafiando a lo que nos puede parecer uno de los espacios más inhóspitos de la tierra.



Hasta "De piedra y hueso" desconocía muchísimas cosas de este pueblo. Y muchas de las que sabía me he dado cuenta de que eran mitos o creencias que no tienen que ver con la realidad.



Una lectura que me ha mantenido en vilo. Con la que he sufrido, me he emocionado, enfadado y sorprendido. Y, al terminarla, me ha dejado ese vacío propio de las lecturas que no quieres que acaben.



Uqsuralik se separa de su familia una noche en la que la banquisa se rompe y ella queda aislada con algunos de sus perros. Sobrevivir en el Gran Norte no es sencillo siendo un grupo, menos aún si eres una adolescente y estás sola.



Con una escritura descriptiva, narrada en primera persona, nos adentramos en la vida de Uqsuralik para conocer la cultura inuit, su modo de vida, la caza, su sabiduría ancestral, tradiciones y leyendas.



Un mundo de hielo en el que lo humano, lo animal y lo espiritual se entremezclan sin límites definidos.



Este libro tiene dos pluses que me han encantado. El primero, las canciones que salpican el texto. Y es que el canto es una parte primordial de les Inuit y, en el libro, acompañan la historia de una manera perfecta y complementaria.



Y el segundo, el cuaderno de fotografías que aparece al final del libro. Unas fotografías que no puedes dejar de mirar e imaginar.



Que acierto de edición de Errata Naturae 💚