Editorial Milenio

Este libro tiene absolutamente todos los elementos necesarios para conseguir un thriller histórico que gira en torno a las conspiraciones religiosas de gran calado. “La última cátara” sorprende con una historia que, precisamente por su ritmo, nos lleva de un lado a otro casi hasta dejarnos desconcertados, pero con el gran acierto de conseguir que todo forme parte de engranaje perfecto dentro de ese misterio que crean Jordi Badia y Luisjo Gómez. Y es que además a la obra hay que concederle el mérito de basarse en hechos históricos, moldeados después para no dejar cabos sueltos, y también en un gran estudio de la historia del arte, especialmente del románico del Valle del Boí.



La novela comienza con un atentado en la Universidad de Oxford que conmocionará al mundo. En ese momento todo parece indiciar una autoría del integrismo islámico. No obstante, desde este punto los autores nos retrotraerán a días después, en muy diversas localizaciones y conociendo a dispares personajes para encaminarnos hacia otra explicación mucho más profunda; una que hunde sus raíces en la Plena Edad Media. Así, el sargento Ramón Palau tendrá que ir encajando piezas para tener una imagen completa de la conspiración que está en marcha y poder adelantarse a unos acontecimientos que podrían poner en jaque la vida de innumerables personas.



El ritmo de esta obra llevándonos a situaciones, lugares y hasta momentos totalmente dispares, es absolutamente fantástico y, además, lo hace a través de capítulos cortos que acrecientan la sensación de velocidad. Visitamos contextos tan distintos como el Pirineo de Lleida, Oxford, Roma, Uganda… pero también es un viaje a través de la historia, un trayecto que nos irá dejando pequeñas pistas que hablan de conspiraciones y, ante todo, de fanatismo religioso. Considero que quizás hay algunos puntos que se entenderían mucho mejor leyendo las obras previas de los autores y cupiera esperar, para el público general, una explicación más detallada que por ejemplo lleve a comprender mejor el título de la novela. Sin embargo, los escritores tienen el mérito de proporcionar una gran cantidad de información histórica y simbólica (este último aspecto tiene un gran peso) de una forma muy amena y accesible.



Precisamente por todos estos cambios de lugar y tiempo (sin un desarrollo cronológico absolutamente lineal), también contamos con un gran número de personajes y todos ellos tienen su peso en la trama, nada está dejado al azar. En este sentido, hay que reconocer la creación de un antagonista principal, Feliciano Marest, que despierta verdadero rechazo con absolutamente todos los aspectos de su personalidad. El libro precisamente comienza con un grandísimo gancho, un acontecimiento terrible, para luego retrotraernos a días después e ir comprendiendo a través de diferentes situaciones que van confluyendo. También hay historias desgarradoras, situaciones muy reales que se muestran al hilo del argumento principal (los niños soldado o el robo de recién nacidos son algunas de ellas). Con todo ello, me ha parecido un grandísimo punto de partida para conocer la obra de estos dos autores que han conseguido cautivarme con un misterio que me era ajeno, justificándolo con un cuidado estudio histórico, y dejándome con ganas de conocer mucho más acerca del enigmático Priorato de Erill.