Qué puede haber más clásico que el turrón en estas fechas, pues el más afamado libro navideño, el de Dickens.
Con su pluma afilada, nos relata como Scrooge la antítesis de la buena voluntad y deseos navideños vive una experiencia fantasmagórica, y es que se le aparece alguien que ha sido muy cercano en su vida, su socio Jacob Marley que ya ha abandonado el mundo terrenal. Scrooge no se dejará amilanar ante esta aparición, pero poco a poco a medida que el relato avanza parece que va encontrando el significado de las pequeñas cosas, de aquello superfluo ó insignificante para un viejo avaro, pero que es algo más que sustancial para la vida de las personas que le rodean.
De modo que irán haciendo acto de presencia los afamados fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras. Su visión del mundo con la llegada y lo que le muestran de como ha sido, es y será su vida va cambiando paulatinamente, y es que dentro de un corazón duro y resquebrajado, queda también un pequeño rincón para el amor y hacer feliz a los demás.
Qué decir, un clásico por el que no pasan los años y sobre el que se han hecho cientos de ediciones y versiones. Feliz navidad!
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