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Los ojos de Galdós son los de Carmela Cid, al final de la vida del escritor. Ella era de Granada y la hija de un amigo del escritor.

La autora, hace un recorrido en la vida de Galdós, pone a Carmela como narradora y convierte en personaje principal de la novela a tan ilustre escritor.

Carmela llega a Madrid al quedar huérfana, y decide pedir ayuda al amigo de su padre con el deseo de convertirse en escritora.

Don Benito aceptó a Carmela con toda la generosidad del mundo, cualidad de la que no escatimó en repartir entre sus amigos, familiares y amantes, y que le llevó a terminar sus días en estado de pobreza pese a haber ganado mucho dinero.

Es posible que don Benito no pensara nunca que esta joven le llegaba como agua de mayo para continuar con su obra, pero lo que sí sabemos es que gracias a ella y a su ingenio pudo motivarlo a continuar.

Ella se encontró con una persona cansada, casi apagada, porque se estaba quedando ciego, además de otros achaques propios de la edad, y no quería seguir escribiendo.

Como mujer decidida, acude a Emilia Pardo Bazán que fue amante de Galdós, para que le echara un cable con el estado de desánimo en que se encontraba su viejo amigo y compañero.

Doña Emilia, conociéndolo como lo conocía, utilizó las armas necesarias, tocó la fibra sensible del escritor y consiguió el objetivo. Aunque no andaba tonto, porque supo descubrir la artimaña de Carmela.

Galdós tenía pendiente de escribir unas memorias que la revista La Esfera le había pedido. Gracias a este incidente, el escritor aceptó que Carmela escribiera lo que él le fuera dictando y comenzó a narrar la historia de su vida.

Para mí ha sido una novela entrañable, por la forma que la autora da a conocer detalles de la vida personal este gran personaje de la literatura española.

Triste, al descubrir que la vejez apaga cualquier mente, la suya era mucho más, y pone fin a todo. Pero Carmela estuvo con él hasta el final. También la conoceremos a ella y su afán por ser escritora.

La novela, en parte real y otra de ficción, como ocurre también con los personajes, está bien documentada. Como apasionada y conocedora de Galdós que es Carolina Molina, a quien tuve el gusto de conocer precisamente en la presentación de este libro, la construye de manera excepcional.

Aunque hace tiempo que la leí, aún conservo la buena sensación que siempre deja una buena novela.

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Este libro debe de ser una broma de la escritora, un experimento o algo por el estilo, porque si no es así, no le encuentro ningún sentido a la manera en que está escrito.
Todo comienza con una alumna secuestrada, la culpable no es una persona desconocida, es su profesora de lengua y literatura. Vale, todo en orden. Y de repente, empieza a dar saltos hacia atrás, hacia adelante, contando otras cosas relacionadas con ambos personajes principales.
La parte me ha gustado ha sido cuando hablan de otros libros y sus autores, me ha hecho recordar grandes lecturas y me he apuntado algunas otras.
¿En serio los adolescentes hablan metiendo frases en inglés en medio de sus conversaciones? Pues me he dedicado durante años a darles clases y mis hijos están continuamente hablando entre ellos en casa y, salvo un OMG, o un Bro, nunca me ha pasado esto. Claro que durante toda mi vida he tenido amigas, en todas las etapas, y nunca jamás he lamido la sangre de ninguna parte del cuerpo a ninguna de ellas, ni por supuesto, ellas me lo han hecho a mí.
Cierto es que los tontolescentes son un poco especiales, pero me niego a pensar que no pueden tener una relación sana con madres ni amigas.
Y lo de poner diálogos indicando solamente la persona que se supone que está hablando, pero sin escribir lo que dice, eso sí que es nuevo para mí.
Tengo que admitir que me ha costado mucho, muchísimo, terminarlo, y eso que no llega a las 300 páginas.
Pero confieso que al finalizar no me quedo con la sensación de decepción, tampoco es una lectura que me haya llenado, si me quedo con algo, es con un desasosiego bastante grande, el ser humano no tiene ningún futuro, todo el mundo odia a todo el mundo, las madres se comen a sus hijas, las hijas muerden a sus madres (menos mal que tuve dos chicos).
Es una lectura que no voy a aconsejar, en parte porque estoy segura de no haber captado todo lo que la autora quería transmitir.

La tradición literaria inglesa presenta un conjunto de grandes figuras de talla enorme que conforman una especie de gran canon clásico. Autores teatrales como Shakespeare, o Wilde, poetas como Milton, Tennyson o Yeats o novelistas como Dickens, Scott o Kipling. Y eso es cierto. En el siglo XIX la preeminencia de la lengua inglesa en el mundo literario solo comparte halagos con la francesa.



Pero tal vez lo que significa de mejor manera esta gran tradición literaria, no es tanto la presencia de grandes figuras sino la existencia de un casi inabarcable séquito de secundarios. Una completa nómina de autores menores, algunos brillantes, otros más acomodaticios, creadores de géneros menores o cultivadores del pastiche, pero en todo caso, figuras que aportan un sustrato literario notable.



Así, esta gran tradición presupone una importante red de lectores que soporten con sus ventas el trabajo de numerosas editoriales, muchas de ellas capaces de especializarse en géneros concretos o de generar el suficiente ingreso económico para poder justificar su supervivencia. También implica una apreciación social de la literatura como medio de vida y, por supuesto, como una actividad elevada, no propia de trapisondistas, titiriteros y gente de mal vivir. En suma, no era necesario ser un genio de las letras para publicar, para ganar dinero con ello, aún en cantidades modestas, y no se cuestionaba esta actividad en términos generales.



Otra característica diferencial de esta tradición literaria es la presencia comparativamente relevante de mujeres. Incluso en géneros como el detectivesco, tan sórdido en ocasiones o tan alejado en la vida real de la vida de estas escritoras, la presencia de voces femeninas destaca como una gran renovación de la estética literaria. Porque, a diferencia de lo que ocurre en muchas ocasiones, no se trata de literatura escrita por mujeres para mujeres, sino de literatura con una sensibilidad o una frescura diferente a la de los varones, pero que pronto comenzó a influir en la obra de estos.



Y es en este caladero en el que Impedimenta ha centrado parte de su labor editorial, recuperando pequeñas obras que nunca antes habían sido publicadas en España, o que lo fueron en su momento sin pena ni gloria. Dentro de esta política, nos encontramos con la publicación de la primera obra de R. A. Dick, de verdadero nombre Josephine Leslie, El fantasma y la señora Muir, con traducción de Alicia Frieyro.



La obra fue publicada originariamente en 1945, y este año puede no ser casual. Ha terminado la guerra y parece llegado el momento de borrar las heridas, los temores, la seriedad y gravedad que el conflicto llevó a la vida británica. No parecería apropiado a los tiempos del Blitz las historias humorísticas sobre fantasmas. Pero también el largo paréntesis del conflicto pudo permitir a R. A. Dick. meditar sobre su manuscrito, hacerlo crecer y madurar, dándole tal vez ese toque melancólico y reflexivo que le aparta de las obras al uso.



Pero comencemos ya con la historia de la señora Muir. Ésta ha enviudado a una joven edad, librándola así de la esclavitud que ha venido viviendo con su marido, absorbida y custodiada de continuo por las hermanas de aquél y su suegra. Impidiéndola tomar sus propias decisiones y forzándola a limitarse a consagrar su vida a su marido convaleciente y a sus dos hijos.



Muerto el marido, ve la oportunidad de retomar el control de su vida y librarse de su familia política. Así que lo primero que hace es visitar un pequeño pueblo costero cercano que había conocido años antes y entra, sin apenas pensarlo, en una inmobiliaria donde se encapricha de una vivienda, la que claramente menos le conviene y la que, el agente más se esfuerza en menospreciar. Es precisamente ese sentimiento de que, una vez más, alguien quiera tutelar sus decisiones, lo que empecina a la señora Muir para visitar la casa y, cómo no, alquilarla de manera definitiva, mudándose con sus dos hijos.











No podía ser de otro modo, la casa está encantada. Pero no al modo tradicional, de un fantasma que la mora recorriendo sus vacíos pasillos arrastrando cadenas y con tremendos quejidos buscando eterno consuelo por algún horrendo crimen, de que fue autor o víctima. No, el señor Greg es un fantasma algo más maduro, no busca el dolor ajeno ni aflorar el temor de los que tienen la desdicha de toparse con él. Antes bien, le complace que su casa esté habitada por la señora Muir, convencido de que, de este modo, podrá lograr lo que no llegó a consumar en vida, destinar su vivienda a ser el hogar de retiro para marineros sin fortuna.



La relación entre el señor Gregg y Lucy Muir es el corazón de la novela. Un entramado de enfados, confidencias, consejos y tejemanejes que, lejos de como señala la sinopsis de la obra, se aleja de una historia de amor romántica, adentrándose en las complicadas relaciones entre dos personas (o una y un fantasma). Porque la novela se extiende desde la mudanza de Lucy a Cull Cottage hasta la muerte de ésta permitiéndonos asistir a las tribulaciones de la viuda, sus dudas y desconsuelos, sus ardores sentimentales o los conflictos con sus hijos. El firme deseo de no perder su independencia es la guía de toda su vida, un recto fin que el señor Gregg trata de favorecer en la medida de sus posibilidades, no siempre bien tramadas, no siempre puras e inocentes.



Descifrar los sentimientos de la señora Muir, describir sus necesidades y miedos, sus deseos y sus intenciones es un proceso que se va desvelando en la novela de manera progresiva. R. A. Dick sabe dejar a un lado los clichés más habituales en las novelas folletinescas en las que sin duda se inspira y traza un relato ciertamente complejo y maduro de la protagonista. Viajaremos con ella a la madurez y, desde ella, a la senectud, de una manera hermosa y sencilla, con pocas escenas que van ilustrando el proceso de una manera magistral.



Esta novela fue llevada al cine por Joseph L. Mankiewicz en 1947 de manera bastante acertada por lo que dejan ver las críticas que he podido consultar ya que no conozco la película. Por tanto, anticipo un juicio totalmente arbitrario, lo sé, pero creo que mucho de lo que la autora refleja en esta novela ha de quedar por fuerza al margen de las luces del objetivo. El complejo nudo de matices y emociones de los que se compone la obra, junto a algunas dosis de ese inevitable humor inglés, ese concepto tan difícil de definir pero tan evidente cuando se tiene a la vista, son elementos que, de por sí solos, hacen más que destacable esta obra y recomendable su lectura. Que nadie tema enfrentarse a una noche de insomnio o a un remedo de Ghost, como mucho, algún lector se podrá sobrecoger al verse reflejado en los vericuetos mentales de la señora Muir, y quizá esto resulte lo más terrorífico de la novela.

"Un mundo feliz" es la última de las distopías clásicas que me faltaba por leer. Y es muy diferente a las dos anteriores, creo que se ha convertido en mi favorita.
Un mundo donde no hay opciones ni alternativas, pero la gente es feliz, y sino se toman unos gramos de soma para solucionarlo.
El condicionamiento de la mente es la base de este mundo civilizado. Y me encanta como lo explican: la concepción en probetas, como se les estimula y condiciona desde que son células para que se conviertan en lo que la sociedad necesitará de ellos en el futuro.
A lo largo de la novela, vamos a conocer todos los entresijos de esta espeluznante sociedad de mano de diferentes personajes. A través de sus ojos veremos como funciona este perfecto engranaje, donde nadie sufre, donde nadie está solo, donde todos son felices, porque se les ha condicionado para no desear nada que no puedan tener.
Y es que la idea de la novela me parece maravillosa, sería una utopía poder vivir en una sociedad feliz, pero la historia que se cuenta aquí se aleja muchísimo de una utopía.
En una reseña no se puede expresar todo lo que me ha hecho sentir este libro, así que solo os animo a que lo leáis.

Aunque lo parezca, este Cómo leer un libro de Adler, no es un manual al uso. Podría definir como en ensayo profundo y didáctico sobre el arte de la lectura, el progreso de un lector principiante a uno completo. O cómo sacar todo el provecho y el jugo de un libro, diferenciando entre los que merecen una lectura analítica o superficial.

Tenemos varios niveles de cómo leer un libro, desde la primaria a la paralela (estudios sobre un tema). Además, el autor nos facilita de forma esquemática los diferentes puntos de visto de la lectura de ensayo, novela o poema. Algo de utilidad, ya que cada género nos aporta cosas distintas, desde el conocimiento al simple entretenimiento. Acaba con obras maestras imprescindibles y ejercicios prácticos para analizar nuestro progreso.

Cómo leer un libro me ha servido de utilidad, y eso es lo mejor que se puede decir de una obra de este calado, ya que cuando elegimos su lectura esperamos aprender y anotar. La única pega es que es una narración un poco repetitiva, pero es un libro que tendría en mi estantería y que regalaría a mis amigos para que se "especializaran" en sus lecturas.

De qué va
El 2 de julio de 2022 se va a producir un importante atraco en una joyería en Ginebra. Esta fecha es la que marca la trama y sobre la que giran los diferentes saltos temporales en los que se van desarrollando las distintas subtramas.

Tenemos dos parejas. Por un lado, una de ellas vive en una casa de cristal en el medio del bosque en un marco incomparable, Sophie y Arpad son guapos y atractivos, con grandes carreras profesionales y mucho éxito. Todo idílico y maravilloso. La otra pareja la forman Greg y Karine, cuyas profesiones son más modestas, al igual que su estilo de vida. A lo que se añade que las cosas entre ellos no están muy bien. Además, Greg se ha obsesionado por Sophie, tanto que la espía hasta en los momentos más íntimos.

Opinión personal
Como en la mayoría de los casos, para mí leer a Joël Dicker es una apuesta segura. Es evadirme para sumergirme de lleno en una rocambolesca historia, adentrarme en sus páginas y no querer parar de leer hasta llegar al final. Dos tardes me ha durado a pesar de sus más de cuatrocientas páginas.

Como siempre, nos ofrece personajes llenos de secretos y envueltos en misterio, a los que llegaremos a través de diferentes saltos temporales y distintos hilos y que no han dejado de sorprenderme en ningún momento. Uno de ellos me lo ha hecho pasar mal de verdad.

La ambientación es espectacular, Dicker con habilidad realiza las descripciones justas para meternos de lleno en las diferentes atmósferas.

La novela está narrada en tercera persona con una prosa ágil y dinámica, lo que facilita el ritmo frenético de lectura. Son tan constantes las vueltas y giros, que te dejan con la boca abierta.

En conclusión, he disfrutado a lo grande con este vertiginoso thriller, con un ritmo demoledor y un nivel adictivo insuperable.

Hace unos años leí varias novelas cortas de Zweig, pero mi memoria prácticamente las había olvidado. Ésta fue una de ellas, y debo decir que en su momento me hizo reflexionar e incluso me gustó. Pasados los años, se me ha hecho soporífera debido a la trama, en la que vemos como una niña se “enamora” de su vecino; mejor dicho, se obsesiona de él; todo esto con una diferencia de edad de más de diez años. Es innegable que Zweig, con su prosa directa, consigue crear una tensión que hace que, como lector, no puedas parar de leer, pero la inmadurez de la protagonista, aún con el paso de los años, aún viendo que él es todo un libertino, o un “alma libre”, si así suena mejor, me ha resultado insufrible.
A todo esto añadir que, cuando él recibe la carta ella ya ha fallecido, porque en vida era incapaz de entregársela; una carta donde le revela un gran secreto que les afecta a ambos. Y no es hasta el final de la novela donde conocemos que él, a pesar de haber tenido varios encuentros íntimos con ella, ni siquiera la recuerda, tal como reza el título de la novela: es la carta de “una desconocida”.
Una historia que de romántica no tiene nada, y que resulta un claro ejemplo de toxicidad en una relación. 65 páginas de un monólogo interno de la protagonista que me ha resultado un culebrón pesado.

¿Qué me ha parecido este libro? Wow, eso me ha parecido! Mira que me había estancado yo un poco con el segundo, porque para mí gusto fue bastante lento, y el personaje principal para mí, Elinor quedó en segundo plano. Pero es que este ha sido, bueno, ya desde el tercero, han sido una sucesión de novedades, de desenmarañar vidas y de nuevas sorpresas que no puede sino acabarlo del tirón.

Este vez me toca esperar al último, porque soy muy lista yo y me leo los tres libros en un fin de semana, pero de verdad que os digo que me muero de ganas por saber cómo va a acabar todo esto!!!

Acabo este libro que me he leído de una sentada y me ha vuelto a pasar! Es que el final te deja con cara de boba, que necesitas saber más porras!

Seguimos con nuestros personajes, y vamos ampliando la trama. En medio de la terrible Segunda Guerra Mundial, Perdido sigue manteniéndose a flote, con la familia Caskey a la cabeza. Cada vez vamos viendo un poco más de esa "fantasía", se van haciendo más latentes los cambios en los personajes, y me ha encantado la evolución de dos de ellas en concreto.

Para los que habéis empezado la saga, no la abandonéis, vale la pena. Y para aquellos que todavía no os habéis animado, ¿a qué esperáis?

La familia favorita del manga está de vuelta. El otro día pasé por la librería y cuando vi el nuevo volumen de Spy x Family, lo compré en el acto. Unas cuantas risas nunca vienen mal. Este volumen retoma la acción casi inmediatamente después de lo sucedido, y no se puede decir que avance demasiado la trama (algunos podrían decir que es un volumen de relleno) pero como leo Spy x Family más por los personajes entrañables y las situaciones absurdas que atraviesan, personalmente no me molesta mucho. Escuché recientemente en redes que el manga estaría por comenzar un arco serio acerca de los orígenes de Anya, así que voy a estar atento a los próximos volúmenes.

Novela infantil de fantasía (+8 años).
Es una historia sencilla para primeros lectores, rápida de leer tanto por sus pocas páginas como por sus capítulos de pocas hojas y acompañados de bonitas y completas ilustraciones, que incluyen a los protagonistas y las situaciones, cosa que hace entender más al lector las situaciones. Muy sencillo. Una historia para que los más peques que están aprendiendo a leer puedan avanzar en la lectura y disfrutar de historias fáciles, claras y directas.

"Poirot investiga" de Agatha Christie es una obra que encapsula magistralmente la genialidad del legendario detective Hercule Poirot en una serie de intrigantes misterios cortos. Esta antología es una deliciosa muestra del talento de Christie para crear tramas envolventes y personajes inolvidables, ofreciendo una lectura que cautiva desde la primera página hasta la última.

La colección de historias cortas ofrece una experiencia de lectura rápida y entretenida, donde cada caso presenta un desafío único para el astuto Poirot. A diferencia de las novelas, la acción en estos cuentos es rápida y directa, lo que permite una inmersión inmediata en la trama sin perderse en detalles superfluos. Es precisamente esta agilidad narrativa lo que hace que estas historias sean tan disfrutables, ya que el lector es llevado de un misterio a otro con maestría.

Lo que hace que esta antología sea aún más encantadora es la presencia constante del Capitán Hastings, el fiel compañero de Poirot cuya dinámica con el detective belga añade un toque de humor y calidez a cada historia. Su torpeza y continuo enamoramiento, junto con su ayuda involuntaria al resolver los casos, hacen que Hastings sea un personaje entrañable que complementa perfectamente la brillantez de Poirot.

La variedad de casos presentados en "Poirot investiga" es impresionante. Desde robos en habitaciones cerradas hasta intrigas políticas y desapariciones misteriosas, cada historia ofrece un nuevo desafío para el agudo ingenio de Poirot. Destacan casos como "El primer ministro secuestrado" y "El misterio de Hunter's Lodge", que mantienen al lector al borde del asiento con giros inesperados y revelaciones impactantes. Aunque algunas historias puedan parecer más débiles en comparación, la habilidad de Christie para mantenernos adivinando se mantiene constante.

En definitiva, estamos ante una colección imprescindible para los amantes del misterio y una excelente introducción al mundo fascinante de Hercule Poirot. Con su ingeniosa narrativa, personajes memorables y tramas cautivadoras, Agatha Christie demuestra una vez más por qué es considerada la reina del crimen y por qué sus obras continúan deleitando a lectores de todas las edades.

Parece increíble que un libro tan pequeño contenga tanto.

Es un libro corto, no llega a doscientas páginas, pero grande. Como grande es su protagonista: la naturaleza vista desde diferentes perspectivas, los seres vivos, humanos, animales y vegetales y los que no lo están pero hacen posible la vida: la nubes, la lluvia, la montaña, la tierra… Hay hasta dieciocho puntos de vista, subjetivos, diversos, algunos contradictorios que, en forma de voces narrativas se van presentando en primera persona de forma individual mientras tejen una red que los engloba a todos, que los hace partes interactivas de una unidad.

Al leer Canto yo y la montaña baila tenemos la certeza de que el canto es el de la vida, más allá de la muerte, y de que las ganas de vivir de Irene Solà han hecho posible que de estas páginas, llenas de dolor, de sufrimiento y de muerte, salga uno de los homenajes escritos más bellos a la alegría de estar vivos.

Las montañas del Pirineo conforman el espacio. Todo lo perteneciente al entorno influye en los seres que lo habitan; seres amados por la autora, tratados con respeto porque ella está segura de que todos cuentan.

La estructura, fragmentada en diferentes voces narrativas y enlazada en los hechos, hace del libro una novela coral con narradores intradiegéticos que exponen los acontecimientos de forma sesgada, según los sienten en el momento elegido. Los lectores conocemos la versión de cada narrador aunque no podamos evitar que la tensión se acumule conforme vayamos siendo testigos de sus apreciaciones.

Cada capítulo está contado desde el punto de vista de un personaje que habita en la montaña. El protagonismo va cediendo paso de unos a otros, de esta forma, normalmente en primera persona, somos conscientes de la importancia de la lluvia o de los animales en el medio ambiente y su influencia en el ser humano. Todos los seres vivos estamos para conseguir que la naturaleza funcione. Apreciamos los sentimientos de los animales o las motivaciones y debilidades de los humanos.

Incluso las montañas, que parecen inamovibles avisan en su discurso profético de que nada es eterno «Y nuestros restos, nuestros despojos, nuestras peñas se convertirán en valles, llanuras, toneladas de materia rocosa que se hunde en el mar».

No podemos desengancharnos de esta novela en la que en ocasiones tenemos la impresión de estar ante cuentos independientes. Esto le confiere al libro una personalidad diferente porque cada voz conserva distintas matizaciones, desde la emocionada de Sió hasta la pícara de las nubes. Son ópticas diferentes que expresan emociones, órdenes, dudas, deseos… a veces ironizan, otras ruegan, afirman o niegan. A veces aparecen matices recelosos y otras reveladores.

La vida es dura en la montaña, no cabe duda, para todos, pero primordialmente para la mujer pues ha sufrido el peso de las supersticiones, la ignorancia y el odio irracional del hombre «Ponía el mantel, el pan, el vino, las viandas, el agua y un espejo, para que se miraran en él los malos espíritus y se vieran comiendo y bebiendo y así no mataran a sus hijos. Pero también te pueden ahorcar por una cosa pequeñita».

Aunque es dura, el tono que predomina es el poético, incluso cuando aporta un enfoque dudoso que consigue aumentar la tensión. El tono irónico, que aparece en ocasiones en las leyendas mitológicas, evidencia las contradicciones que los hombres han mantenido desde tiempos inmemoriales con la mujer «el propio Heracles, después de violarla y dejarla encinta, encontró su cuerpo devorado por las alimañas en la montaña y le rindió honras fúnebres […] Hombre, Heracles, ¡gracias!».

En la actualidad, cuando el tono informativo se transforma en didáctico, alerta de lo indescifrable de la barbarie que supuso la guerra civil. Los cadáveres de los que huían de la guerra reviven y reivindican la vida sesgada con la que llenaron las montañas «Cuando huíamos casi no se veía el río. Como si también tuviera miedo y se escondiera, y solo se oía su murmullo como un susurro asustado».

La autora, Irene Solà, necesita las voces de los muertos para entenderlo todo; los fantasmas acuden en ayuda de los vivos para poder superar el dolor de la ausencia. Escribe una ficción con retazos de realidad en los diversos conflictos que surgen. Prácticamente cada personaje tiene uno, porque así es la vida, y no todos se resuelven o lo hacen con el devenir; el paso del tiempo está siempre presente y el espacio es el que contextualiza la propia estructura de la novela, porque el propio ambiente, con el acontecer, desarrolla y arregla la situación.

Asimismo, en su estructura encontramos, en algunos párrafos, poesía, «No hay pena si no hay muerte. No hay dolor si el dolor es compartido. No hay dolor si el dolor es memoria…». O percibimos algunas cancioncillas que uno de los muertos compone al fundirse con la tierra; de esta forma descubre y nos descubre qué le ocurrió y cuáles fueron sus sensaciones

No quería ponerte triste, tan solo, Jaume,
no quería dejarte solo, tan triste, Jaume.

El poema dedicado a Mia es en realidad el estado de ánimo en el que ella se queda tras ser separada abruptamente de su hermano. Todo el capítulo La poesía no constituye una selección lírica sino un refuerzo con el que afianzar la unión del hombre y la naturaleza

Ven, madre, hablemos
de lo que pasa en el bosque, por la noche

y para asegurar que en esa unión reside el título del libro, la esencia:

Canto como si plantara
[…]
Como Dios creando animales y plantas.
Canto yo y la montaña baila.

Y en esta estructura, que no es la de poesía, ni la de prosa poética ni la de novela, también encontramos pasajes donde los sueños forman parte de la realidad; al principio le cuesta al personaje diferenciar lo onírico de lo real pero después es capaz de distinguirlo aunque lo introduzca en su cotidianeidad.

Canto yo y la montaña baila no pertenece al realismo mágico o no, al menos, al referente del boom hispanoamericano. Me cuesta dónde clasificar esta novela de Irene Solà por eso estoy convencida de que en ello reside su belleza; los sentimientos son primordiales pero no podemos afirmar que estemos ante una novela psicológica; no ahonda en los motivos o temores de los personajes, en sus causas; están ahí y aparecen sin llamarlos, en el sueño o en el pensamiento. La nostalgia, la melancolía, la tristeza, la alegría, el miedo, la fuerza de todos los que conforman el paisaje es un canto a la naturaleza y a la integridad del ser humano.

Solà ha conformado una historia a través de los años que le va dando carácter a las montañas y a quienes las habitan. La naturaleza parte de la imaginación, donde la memoria armoniza el espacio cambiante en el tiempo, por eso es capaz de igualarse en un cronoespacio que despierta la sensibilidad y emotividad del lector

Cruzan la montaña como si fuera un campo […] Les digo adiós con la mano […] ¡Adiós, adiós! […] ¡Adiós, adiós! Les digo adiós con la mano y se meten en la mañana para no volver nunca más.

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Azahara Vega o Sheyla Drymon, la autora, nos lleva a un planeta habitado por hombres serpientes para hablarnos del amor interracial, y el comportamiento humano cuando se siente alguien amenazado o con miedo.
La novela narra la llegada fortuita de una humana a un planeta habitado por hombres serpientes, donde sentirá un ardiente deseo por su rescatador/salvador al mismo tiempo que intentará superar sus miedos para comprender su cultura. Y todo ello en un hipotético futuro.
Desde el comienzo, se puede ver y leer cómo el comienzo de una relación amorosa, está lleno de deseo sexual más que verdadero sentimiento de Amor. Así, de esta manera describe cuán importante es la atracción física a la hora de pensar en alguien como pareja. A la misma vez que resalta los inconvenientes que derivan de pertenecer a culturas, religiones y/o razas distintas, lo cual hace que el entendimiento sea complicado o se produzcan situaciones donde se produzcan malentendidos por desconocimiento.
También, y como consecuencia de tener que vivir en un lugar o país que no es el tuyo, tienes que adaptarte a las nuevas costumbres, nueva cultura y el nuevo idioma. Todo esto provoca que nos llenemos de miedos aun cuando quieran ayudarnos. No obstante este miedo, la misma naturaleza humana consigue que saquemos lo mejor de nosotros mismos para integrar a los nuevos e integrarnos en una nueva comunidad.
Por otro lado, la novela también se puede entender como un canto a la libertad amorosa y a la aceptación de lo no normativo, en cuanto a cuerpos. En este sentido, el principal mensaje que podemos sacar es que la verdadera belleza se encuentra en el interior de las personas y no en su físico.
Incluso, en ocasiones se puede pensar que es una manera de ver el choque cultural y tecnológico que existe entre dos pueblos de la misma especie, aunque no con el mismo nivel de desarrollo. O de adaptación al medio. Ejemplos de estos son la convivencia entre Neandertales y Cromañones, o españoles y nativos americanos.
Por último, incide en la manera que protegemos a nuestros seres queridos de cualquier amenaza, del tipo que sea. Aunque también puede parecer que esta protección está rayana en la anulación de la voluntad de la persona querida, al tener un exceso de celo en ese instinto de protección que muchas veces consideramos una prueba de amor.
En mi opinión es una novela de sci-fi romance que nos lleva a pensar, divagar, sobre las maneras de enamorarnos, (sea de lo que sea) y demostrar esa pasión. Recomiendo su lectura porque tiene momentos de fina ironía, comedía, pasión y sobre todo porque es de lectura ágil para pasar un buen rato.

Buscando estrellas fugaces ha sido una lectura muy rápida, ágil y entretenida que me he ventilado un mismo día. Las pocas páginas que componen el relato y la sencillez en la prosa han hecho que se me pasara volando la lectura y sin darme cuenta he llegado al final de la historia.

Antes de leer el libro, debo decir que no sabía quién era el autor y mucho menos sabía que esta historia formaba parte de un relato que forma parte de una saga del mismo autor, aunque obviamente después de leer este libro y ver la prosa del autor, no dudo en que posiblemente acabe leyendo esa saga.

Entre las páginas de esta historia nos encontramos con dos protagonistas: Brian y Malik. Su precoz amistad que sin duda esta cargada de segundas intenciones, pone en el foco la vida de ambos personajes. Aún siendo pocas páginas, he podido conocer ambos personajes muy bien, tanto en su forma de ser, con sus pensamientos y sus emociones, pero también parte de su pasado. En el caso de Brian su pasado es un tormento que le impide sentir lo que debería sentir, pero a Malik no le importa, él lo esperara hasta que Brian se ve con fuerzas de ello. Juntos forman una historia de romance inocente, bonita aunque con algunas trabas que les impide ser felices juntos. A parte, también nos encontramos con otro personaje, Tiger, que bueno... No ha sido un mal personaje, aunque desde luego ya veía por donde iría su presencia así que no me han fascinado sus apariciones.

A parte del amor, en este relato se trata un tema muy importante y es la violencia. En él nos encontramos dos escenarios de violencia, ambos muy diferentes, pero que el último no me ha gustado mucho, puesto que provoca el final de la historia, dejando al lector con las ganas de más. No quiero hablar mucho de este tema porque la verdad destriparía la esencia de la historia y del final, pero me habría gustado otro final sin duda.

En resumen, Buscando estrellas fugaces ha sido una lectura rápida y ágil, que me he ventilado en pocas horas, con la que he conocido a Malik y a Brian, dos personajes que he sentido como si fuesen mis amigos, y a los que me habría gustado ayudar en sus trabas para ser felices. Pero, con un final que no me ha terminado de gustar.
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La Pasión según Jesucristo o la Pasión según Amélie Nothomb. La autora se mete en primera persona en la piel del propio Jesús y le da voz para que nos cuente cómo se sintió en sus últimas veinticuatro horas de vida. Unas horas en las que también tuvo tiempo de reflexionar sobre lo vivido, sobre las personas que lo acompañaron, sobre el amor y la traición. Reflexiones que se convierten en una meditación filosófica sobre el sentido de la vida y de la muerte, y sobre la inmortalidad de las almas.

Nos muestra a un Jesús lleno de contradicciones, miedos, sufrimientos, preocupaciones y debilidades. A un Cristo muy humano y poco "divino", que cuestiona a su creador y se hace las preguntas que todos nos hemos podido hacer en algun momento.

Pocas páginas llenas de valor, repletas de sentimientos, pasión y sufrimiento. Con un estilo fresco y desenfadado, de forma sencilla y con toques de humor, la autora nos acerca a lo que podría haber sido. Pero no se trata de una reinterpretación de unos hechos históricos, sino de aproximarnos a un hombre desde una vertiente más humana y carnal, de dotarlo de pensamiento, criterio y opinión, de proporcionarle placer, deseo y dolor.

Un libro que rompe con los dogmas impuestos por la religión y de forma crítica, pero sin intención ofensiva o provocadora, sino totalmente creíble y cercana, la autora despliega su genialidad y originalidad para meterse en la mente de un ser extraordinario y mostrarnos que fue hombre y sufrió, que amó la vida y no lo entendió todo. Y en ese ser corpóreo la sed, como bien nos adelanta el título, toma especial relevancia como símbolo del deseo y la saciedad que su creador no puede entender porque no la ha sentido nunca.

Hace años leí por primera vez a la autora con Estupor y temblores. Me gustó, pero me faltó conexión con su forma de escribir. Ahora me ha encantado y quiero seguir leyéndola.

Quería leer este libro desde hace mucho tiempo, pero no encontraba el momento. Carmen Laforet, una joven de 24 años, en 1924 es galardonada con el premio Nadal por este libro, su primer libro. Había leído en internet su biografía y me pareció una mujer adelantada a los años que le había tocado vivir.
Andrea, es una joven huérfana que va a Barcelona a estudiar una carrera y va a vivir y a reencontrarse con su familia: su abuela y sus tíos. Una familia venida a menos, que vive en un piso en Barcelona lleno de trastos, muebles, y una criada. Andrea venía de vivir con una prima suya en un pueblo y tenía grandes expectativas de llegar a Barcelona y hacer su vida. Pero en el piso de la calle Aribau se encuentra con un desastre de mundo.
Poco a poco, vamos descubriendo cada uno de los personajes que viven con ella. Digo poco a poco, porque a lo largo de la novela vamos descubriendo los secretos de cada uno. No sé cómo Andrea no se vuelve loca y huye, pero también es cierto que no tiene dónde ir.
Mientras estudia, conoce a Ena, una joven de familia burguesa y ambas se hacen muy amigas.
Estos dos mundos van en paralelo: el de su familia oscura y el de Ena en al universidad, hasta que confluyen en un punto. Y ahí es donde se empiezan a descubrir secretos, mentiras, pasados, etc...
La forma de narrarla es magistral: puedes ver las chinches, puedes notar el ambiente opresivo de la casa, de los moradores, buffff.
Hay dos personajes que me dan mucha pena: la abuela y ella, la propia Andrea. La abuela vive en su mundo, viendo que su casa se desmorona o ya está completamente destruída con unos hijos que son un poema. No tienen casi para comer, ni agua caliente, no sé cómo pueden mantener el piso. Y ella, que entra a vivir allí pensando que va a una casa segura con personas de su familia con las que podrá sentirse segura.
Este libro te deja mal cuerpo aunque no puedes dejarlo porque quieres saber más.
Totalement Recomendable.

Los afectos de Rodrigo Hasbún .
Los afectos es una novela corta , muy corta a mi parecer ya que abarca treinta años en apenas ochenta páginas .
El autor Rodrigo Hasbún cuenta la historia de una familia alemana , nazi , que abandona su ciudad natal para exiliarse en Bolivia después de la Segunda Guerra Mundial .

La familia Ertz está compuesta por un matrimonio y sus tres hijas , el padre camarógrafo de profesión y antiguo colaborador nazi se embarca en una expedición e intenta buscar una legendaria ciudad inca.
La madre y una de las hijas sobrellevan la ausencia intentando inútilmente adaptarse al nuevo entorno y su nueva forma de vida ,
Las otras dos hijas tomarán rumbos muy distintos , una volverá a Alemania y la otra se involucrará de lleno en la lucha armada con la guerrilla.

No ha sido una lectura fácil por momentos pensaba , necesitaba mas bien que el autor contara algo mas , aportara datos , son muchas cosas y pocas páginas , no da tiempo a empatizar ni con los personajes ni con la historia .
Desde mi punto de vista el autor ha perdido la oportunidad de contarnos algo mas sobre la política de aquel momento en el país , no profundiza
y pasa muy por encima la situación de los indígenas .

Me ha decepcionado y sin embargo me ha hecho pensar . . .

Es una novela gráfica que trata un evento que nos quedó grabado a fuego (o tal vez a sangre) en la memoria. Un día 3 de julio (de ahí el título) en la ciudad de Valencia ocurrió el peor accidente de Metro de España, 43 muertos y 47 heridos graves.
Aquí se cuenta el accidente, pero sobretodo las consecuencias del mismo. Como se sacaron las cajas negras (igual que ocurre en los aviones) de forma ilegal y se borraron a propósito, desaparecieron las anotaciones de seguridad del maquinista, impidieron que se hiciera una investigación adecuada, intentaron sobornar a las familias afectadas para que no demandasen, incluso cambiaron el nombre de la estación para borrar lo ocurrido.

Trata un tema muy difícil y doloroso, no suaviza lo ocurrido, las víctimas acabaron como pasadas por una picadora de carne... así de gráfica son las explicaciones que se dan. Visualmente no hay nada "desagradable", no vemos, imaginamos. Todas las páginas son básicamente en blanco y negro con alguna pinceladas de rojo en los coches de bomberos y otros detalles. Los largos tentáculos de altos cargos los vemos salir (literalmente) como raíces desde el Ayuntamiento y envolver a quienes querían hablar durante la "investigación". No es una lectura suave, te hace sentir rabia y vergüenza ajena. Menos mal que esta novela gráfica y una investigación profunda (muy buena) de una cadena de televisión nacional (La Sexta) salieron adelante. No se callaron nada, por fortuna. El sol no se puede tapar con un dedo y la verdad tampoco.

Me ha encantado este libro, me ha gustado mucho Carl Kollhoff, es un personaje al que le coges cariño desde el minuto uño. Carl es un anciano que a sus 72 años hace su ruta para entregar libros a los clientes especiales de la librería A puertas abiertas para la cual trabaja.

Y a esos clientes, Carl les ha asignado un apodo, el nombre de personajes de novelas a los cuales se parecen, así tenemos a Dr. Fausto, Mr. Darcy, Hércules, etc....

Entonces un día la vida de Carl, va a cambiar, y es gracias a una niña de 9 años, Shasha que comienza a acompañarle en sus paseos y que le llama el paseador de libros. Sasha al principio me ha parecido un poco sabihonda, pero poco a poco le vas cogiendo cariño.

Entre ambos conseguirán que sus clientes lean lo que necesitan leer no lo que piden leer, y procuraran ayudarles en sus vidas para que sean felices.

Pero sobre todo, esta novela trata sobre el amor a los libros, y sobre la amistad de gente que ama los libros, y sobre todo, la amistad de una niña de 9 años y un paseador de libros de 72.