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Cuando uno ha provado la parte adictiva de la mentira ya no hay forma de pararla, y se reproduce, y crece... porque siempre es posible crear una mentira mayor que la anterior.

No pasará nada. No son asesinos, debió de pensar Percy. Pero luego, al recordar la Freidora, debió de saber que sí, que en cierto modo éramos asesinos. Yo solo había ejecutado a setenta y siete hombres; más de los que había inmovilizado con la camisa de fuerza, más de los que había matado el sargento York en la Segunda Guerra Mundial.

Que el inglés teme más al agua que a su mujer y de la una y de la otra quieren siempre escapar abandonandose al aguardiente.

Una verdad, una fe, una generación de hombres pasa, se olvida, ya no cuenta. Excepto para aquellos pocos, tal vez, que creyeron esa verdad, profesan esa fe o amaron a esos hombres.

No hablar de aquello que es origen de nuestros problemas es no querer afrontarlos.

La vida es un sueño del que todos hemos de despertar antes de poder dormir otra vez

Es posible oponerse al mal sin obrar con violencia. Si recurrimos a la violencia para enfrentarnos al mal, pronto desaparecerían las diferencias entre nosotros y nuestros enemigos

la vida de un asesino es como el humo del cigarrillo: demasiado nebulosa y confusa como para echar raíces en ningún lado

Todos estos años tendría que haberme quedado quieta, pues cada beso que di sin alma se volvió verdugo.

Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme.

Nada está completo sin su sombra.

Entretanto, el cuidado paterno la misma como a un criminal. imposible salir sin custodia, imposible tener amigos sin inmediata sospecha, imposible vivir porque una niña DEBE CUIDARSE DE ESPONTANEIDADES.

No hay nada más bonito que fornicar en tu propio idioma.

Yo nunca vi que por más rezar se estuviera más a salvo, ni que por llevar el cuerpo cubierto de símbolos religiosos se fueran a mellar las espadas y las flechas enemigas.

Los anhelos no son más que aves migratorias en el destino de los hombres.

Los tiempos difíciles son el mejor terreno abonado para que germine cualquier acto miserable.

No hay nada más difícil que parecer natural cuando precisamente se está pensando en ello.

En aquella España bajo cero, la infancia era el único deshielo posible.

Había oído la voz de la tienda y ya nada podía detenerme. Era como si la tienda me hubiera transferido sus necesidades y la imagen que deseaba ofrecer. No era yo quien hablaba, sino ella. Yo me limitaba a transferir el mensaje que ella me había revelado.

La muerte es una boca desdentada que nos sorbe la vida minuto a minuto.