Yo misma de Ángeles Mastretta
La gente siempre irá y vendrá como le parezca. Tú quédate contigo. Verás que viene mejor de lo que se va.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
La gente siempre irá y vendrá como le parezca. Tú quédate contigo. Verás que viene mejor de lo que se va.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Cada quien su temblor y su historia. Cada uno su diluvio y su fe. Cada quien su esperanza y sus miedos. Su reticencia y su tormenta. Su ambición de entender, su desconfianza. Cada quien su alegría y su mirada. Su pena y su espera. Sus deseos y su ahínco. Cada quien su relato.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Cuantas veces cierra uno los ojos para no ver y cuantas para ver mejor.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
A la gente le cuesta trabajo soportar la felicidad ajena. Y si la felicidad viene de lo que parece ser un acuerdo con otro, entonces simplemente no es soportable.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Hay gente con la que la vida se ensaña, gente que no tiene una mala racha sino una continua sucesión de tormentas.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Quiero irme de compras a la luna y encontrarme una tienda en la que vendan voluntad, síntesis, concentración, premura, certidumbres.
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Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta
¿Ya te dije que se fue? Ya te lo dije. Pero para mí, como si aún estuviera porque lo ando cargando. ¿Es verdad que tú perdiste un amor en la guerra? Eso me hubiera gustado a mí, que me lo mataran antes de que a él le diera por matarme. En lugar de este odio tendría el orgullo de haber vivido con un héroe. Porque tu amor fue un héroe ¿verdad?
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Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta
Los finales son indignos del arte. Las obras de arte son siempre inconclusas. Quienes las hacen, no están seguros nunca de que las han terminado. Sucede lo mismo con las mejores cosas de la vida.
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Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta
Cosa que nadie les perdonó jamás, porque la amistad entre hombres y mujeres es un bien imperdonable.
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Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta
—Ellos pueden tener el anillo antes que la novia, hasta pueden elegir una novia que le haga juego al anillo. En cambio, nosotras sólo tenemos que esperar. Hay quienes esperan durante toda su vida, y quienes cargan para siempre con un anillo que les disgusta, ¿no crees? —le preguntó a su madre durante la comida. —Ya no te pelees con los hombres, Cristina —dijo su madre—. ¿Quién va a ver por ti cuando me muera? —Yo, mamá, no te preocupes. Yo voy a ver por mí. |
Yo misma de Ángeles Mastretta
La literatura es una locura permitida que te lleva de viaje por otras vidas.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Ir al paraíso de los juegos privados, con sus alegrías y sus desfalcos, sin miedo y sin culpa, para volver de ahí dueña de mi, de mis pies y mis brazos, mi desafuero y mi cabeza, me lo enseñó el feminismo.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
La Paz es para los aburridos —dijo Milagros—. Ella quiere la dicha, que es más difícil y más breve, pero mejor.
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Yo misma de Ángeles Mastretta
Hay en todo lo que toco un dejo de nostalgia que matiza la euforia a la que soy propensa. Y los matices siempre le dan textura a la tela en que tramamos las emociones.
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Ninguna Eternidad Como La Mia de Ángeles Mastretta
Los volcanes aparecieron frente a los ojos de Isabel mientras el tren llegaba a la estación de Puebla, y desde entonces quiso reverenciarlos. No se atrevió siquiera a preguntarse las razones de su atracción por ellos. Le bastó su imponente belleza para considerarlos cosa sagrada, le bastó saber que ya estaban ahí millones de años antes de que la especie humana llegara al mundo.
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Ninguna Eternidad Como La Mia de Ángeles Mastretta
—Yo diría que quien ha merecido la dicha puede soportar la desgracia, y que toda emoción santifica.
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Ninguna Eternidad Como La Mia de Ángeles Mastretta
A veces, de sólo mirarte me dan ganas de creer en Dios
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La edad de la inocencia