El viento de las horas de Ángeles Mastretta
Cada día anhelo menos cosas que no puedo tener. He ido encontrando muchas de las deseadas y otras ya no las quiero. Y de cuantos deseos imposibles tuve, sólo el tiempo y la intensidad necesaria para vivir parecen urgentes. Ese deseo de lo imposible se pierde con los años. Sin embargo, lo que deseamos con fuerza en la niñez, aún nos golpea de pronto con el placer de encontrarlo. |