![]() |
Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika
La magia está en cualquier parte si estás con quien deseas estar
|
Calificación promedio: 5 (sobre 21 calificaciones)
/![]() |
Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika
La magia está en cualquier parte si estás con quien deseas estar
|
![]() |
Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika
Pero ya era tarde para disimulos. Para entonces, Ian ya había comprendido el origen de su conversación atropellada y de sus silencios, de sus disimuladas miradas y de sus ojos huidizos, de sus sonrojos. Solía ser más rápido en diferenciar la admiración que causaba el escritor del deseo puramente carnal que provocaba el hombre. Pero las circunstancias en las que la había conocido fueron tan desconcertantes como lo era ella misma y eso había bloqueado su parte seductora y canalla, que ahora despertaba. Esa parte que disfrutaba ante el desafío de conseguir a cualquier mujer que le apeteciera y gozaba de cada segundo de refinado cortejo con el que iba deshaciendo las defensas femeninas, aun cuando la presa escogida se le resistiera hasta el último momento. Porque, si la culminación de llevarse a la cama a la mujer codiciada era grandiosa, saborear ese placer de la anticipación mientras iba ganándosela con sutileza era algo que excitaba sus sentidos.
|
![]() |
Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika
No oyó el leve entrechocar con el que las dos hojas de madera se unieron y encajaron en el centro. No oyó los pasos acercarse con lentitud. Supo que estaba allí cuando sintió su cuerpo tenso arrimado a su espalda, su cálido aliento rozándole la nuca. Supo que era él antes de que su voz aterciopelada le susurrara ronca: —Te he echado de menos. Un estremecimiento la recorrió por dentro; un placer deseado y a la vez temido. El mismo turbador placer que lo dejó a él desprotegido ante sus propios y arrolladores sentimientos. —No te muevas —suplicó, inmovilizándola con apenas un roce al sentir que iba a volverse—. No he venido a discutir —aseguró, sin sospechar que esa frase, destinada a tranquilizarla, aumentaría su alarma—. Lo hemos hecho tantas veces, que estoy cansado hasta de batallar conmigo mismo. |
![]() |
Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika
—Me resultaba sencillo inventar historias románticas cuando presumía de saberlo todo sobre el amor. —Miró hacia el automóvil detenido a su derecha y a los dos jóvenes que aprovechaban la pausa del semáforo para besarse—. Ahora, cuando descubro lo que de verdad supone perder la cabeza por alguien, cuando haría cualquier cosa por conseguir a la mujer a la que amo, ya no puedo escribir sobre ello. —La luz roja cambió a verde. El Chevrolet se puso en marcha y el coche de la pareja también. Ian volvió la vista al frente—. El amor destruye, Edgar: lo ha hecho conmigo.
|
Gregorio Samsa es un ...