Química imparable de Zelá Brambillé
Me dolió en el alma que no estuviera conmigo por amor, me sentí mal y le dije a mamá que lo dejaría. Aseguró que todo estaría bien, que a veces los chicos necesitaban hacer locuras antes de quedarse con la persona que de verdad amaban, mi madre me pidió que tuviera paciencia porque todas las mujeres debíamos ser constantes si queríamos enamorar a alguien. Vaya estupidez, pero en ese momento no lo comprendía. Tomé ese consejo porque creí que era bueno, después de todo, era una chiquilla que pensaba que su madre tenía la razón.
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