La otra chica negra de Zakiya Dalila Harris
Es realmente injusto. La gente blanca nunca tiene que mostrarse tan súper consciente de sí misma como nosotros. Cuando entran en una sala, no tienen que comprobar de inmediato la demografía y analizar lo que ven. No tienen que ocuparse de representar los muchos millones de perspectivas negras que hay en este país, solo porque el jefe de personal fue demasiado perezoso para traer a algunos más. Pueden entrar en una tienda pequeña sin temor a que los sigan. Nunca tienen que preocuparse por tener problemas con el coche en el sur mientras conducen por carreteras secundarias por la noche. Ni en ningún otro momento del día, en realidad.
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