Yukio Mishima
Ahora bien, cabe preguntar, ¿es posible que una persona llegue a falsear de tan completa forma su propia manera de ser siquiera por un instante? Si la contestación es negativa, parece que no hay modo de de explicar el misterioso proceso mental en cuyos méritos ansiamos cosas que en realidad no deseamos en modo alguno. Si aceptamos que yo era un ser exactamente opuesto al hombre ético que ahoga sus deseos inmorales, ¿significa eso que en mi corazón alentaban los más inmorales deseos? ¿No eran mis deseos extremadamente mezquinos? ¿Me había engañado a mí mismo totalmente? ¿Me comportaba, hasta el mínimo detalle, como un esclavo de los convencionalismos? Llegaría el momento en que no podría seguir esquivando la necesidad de hallar respuestas a esas preguntas...
|