Confesiones de una máscara de Yukio Mishima
El sacerdote con el báculo llevaba máscara de zorro. Los dorados ojos de ese oculto animal se fijaron en mí con excesiva intensidad, como si quisieran embrujarme, y la procesión que pasaba ante mi vista me produjo un placer emparentado con el terror. Sin que me diera cuenta, me agarré a la falda de una mujer de nuestra casa que se encontraba a mi lado. Estaba presto a huir de allí al menor pretexto.
|