Entre lo abstracto y lo corpóreo de Yesenia y Eli González y Miramontes
NO QUIERO SER. Los amplios olanes no logran disimular las artificiosas caderas que agitas en tu andar descompasado. Con falda y calzado obsoletos y atractivas medias de popotillo, por las noches recorres las calles corruptas, e irrumpes en cantinas de buena muerte, en busca de clientes deseosos de diez minutos de mal sexo o quién te brinde una copa de peor vino, y bailas. Ni el escandaloso carmín de tus labios, ni las largas pestañas postizas, o tus cejas arrancadas hasta ser sólo un recuerdo y las costras de maquillaje de bajo costo, pueden cubrir la cara del hombre que no has querido ser. |