Los besos de Lenin de Yan Lianke
Tú, con ojos sanos, ves un mundo sucio. Yo, que no veo nada, imagino un mundo limpio. A menudo digo cosas como "tenías que haber dejado que me partiera la crisma", pero no las siento de verdad. En realidad nunca he querido morirme. Sin embargo, tú que ves y nunca pronuncias la palabra "muerte", seguro que piensas en ella diez veces al día.
|