Nostalgia de la muerte de Xavier Villaurrutia
EN LA TARDE QUE MUERE... En la tarde que muere con lasciva agonía entreabiendo su manto para regar de flores la campiña serena, la amada de un día rememoró al oído los pasados amores. Y el crepúsculo rojo que a lo lejos moría en su último rútilo al hundirse en el arcano iluminó mi rostro. Yo sentí que vivía y la besé en la frente, y la besé en la mano. Y desde aquella tarde tan muda y tan serena, nuestra vida tornóse como antaño había sido sin que aquella alegría la nublase la pena, descorriendo al pasado el velo del olvido. |