La casa del nazi de Xabier Quiroga
No quise decir nada porque ese juramento de fidelidad parecía tan sincero como su mirada. En ella intuí muchos reveses y algún que otro naufragio que, además de dejar cicatrices, a nadie más le importa.
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La casa del nazi de Xabier Quiroga
No quise decir nada porque ese juramento de fidelidad parecía tan sincero como su mirada. En ella intuí muchos reveses y algún que otro naufragio que, además de dejar cicatrices, a nadie más le importa.
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