A propósito de nada de Woody Allen
Ver a un loquero no me parecía la peor de las ideas, puesto que, a pesar de todos mis intereses creativos y de mis prometedores inicios como escritor cómico, además de todo el cariño que se me había brindado mientras crecía, seguía experimentando alguna moderada sensación de ansiedad, igual que cuando te entierran vivo. No era feliz; era un tipo melancólico, temeroso y estaba lleno de furia, y no me preguntéis por qué.
|