Canción negra de Wislawa Szymborska
Al pájaro que se precipitó desde un día soleado, y entró aleteando en un interior sombrío, lo agarra. Alienta su corazón acelerado: ¡menuda aventura, amigo!. Cuando lo devuelva a la libertad para que se sumerja en el espacio del vuelo, lo mirarán desde rincones asombrados los ojos de los libros y lo ojos de las horas. |