El Mercader de Venecia de William Shakespeare
Malditos sean vuestros ojos que me han mirado partiéndome en dos: una mitad mía es vuestra, la otra es vuestra, mía debería decir, pero si es mía es vuestra, y así todo es vuestro ¡Ah, estos malos tiempos ponen fronteras entre los propietarios y sus derechos!
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