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La princesa prometida de William Goldman
Me pasé aquella noche convencido de que Buttercup se había casado con Humperdinck. Estaba destrozado. No sé cómo explicarlo, pero el mundo no funcionaba así. Los buenos se atraían entre si, y el mal era algo que uno echaba por el retrete , tiraba de la cadena, y todos en paz.
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La princesa prometida de William Goldman
-Soy tu príncipe y te casarás conmigo -le dijo Humperdinck. -Soy vuestra sirva y me niego -susurró Buttercup. -Soy tu príncipe y no puedes negarte. -Soy vuestra sirva fiel y acabo de hacerlo. -Negarte significa la muerte. -Matadme entonces. -Soy tu príncipe y no soy tan malvado..., ¿cómo es posible que prefieras morir antes que casarte conmigo? -Porque el matrimonio supone que se ha de amar, y el amor no es un pasatiempo en el que yo destaque. Lo intenté un vez y acabó mal, y he jurado que jamás amaría a otro. -¿Amor? -dijo el príncipe Humperdinck-. ¿Quién ha hablado de amor? Yo no, te lo aseguro. Verás, el trono de Florin debe contar siempre con heredero. Y ese soy yo. Cuando muera mi padre, no habrá heredero, sólo un rey. Ese soy yo otra vez. Cuando eso ocurra, me casaré y tendré descendencia hasta que nazca un varón. O sea que te quedan dos alternativas, casarte conmigo y convertirte en la mujer más rica y más poderosa en miles de kilómetros a la redonda, y regalar pavos para Navidad y darme un hijo varón, o bien, puedes morir de terribles dolores en un futuro muy cercano. Decídete. -Nunca os amaré. -Aunque me dieras tu amor, no lo querría. -Entonces, no sé hable más, casémonos. + Leer más |
La princesa prometida de William Goldman
Siempre creo que todo es una trampa hasta que se prueba la contrario-replicó el príncipe-. Razón por la que sigo con vida.
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La princesa prometida de William Goldman
Nunca apuestes con un siciliano cuando la muerte ronda cerca.
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La princesa prometida de William Goldman
Cada noche, durante el año que siguió, siempre me decia algo parecido: Gracias por todo, Westley, buenas noches. Es probable que mañana por la mañana te mate.
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La princesa prometida de William Goldman
El motivo por el que se ofrecieron a pagar esta desmesurada factura de correo es porque están convencidos de que no escribirá ni dios.
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La princesa prometida de William Goldman
-Me disgusta tener que matar a una muchacha-dijo el español. -Dios lo hace todo el rato; y si a Él no le molesta, no dejes que te preocupe a ti. |
La princesa prometida de William Goldman
- ¿Cómo puedes soñar si quieres con que te esté tomando el pelo? - Es que no me has dicho que me quieres ni una sola vez. - ¿Es todo lo que necesitas? Sencillo. Te quiero. ¿De acuerdo? ¿Quieres que te lo diga en voz más alta? Te quiero ¿Quieres que lo deletree? T, e, q, u, i, e, r, o. ¿Quieres que te lo diga al revés? Quiérote. |
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La princesa prometida de William Goldman
Me llamo Íñigo Montoya, tu mataste a mi padre, prepárate a morir.
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La princesa prometida de William Goldman
Somos hombres de acción. Mentir no sería propio de nosotros.
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William Goldman
Aquel día fue en el que descubrió con asombro que cuando él decía: como deseéis, en realidad significaba: te amo.
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La princesa prometida de William Goldman
El amor verdadero es lo mejor que existe, salvo quizá los bocadillos de cordero.
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La princesa prometida de William Goldman
-¡No termina así, no sería justo! Después de todo lo que ha hecho por ella..
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La princesa prometida de William Goldman
Sus pasatiempos favoritos eran montar a caballo y atormentar al muchacho que trabajaba en la granja. Su nombre era Westley, pero ella nunca lo llamaba así. Nada proporcionaba tanto placer a Buttercup
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La princesa prometida de William Goldman
No ha pasado ni una sola noche sin que me durmiera viendo tu rostro.
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La princesa prometida de William Goldman
El caballo se llamaba Caballo (Buttercup nunca tuvo una imaginación desbordante).
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La princesa prometida de William Goldman
La muerte no detiene al amor; lo único que puede hacer es demorarlo
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?