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El señor de las moscas de William Golding
... la oscuridad y la arriesgada empresa daban a la noche el carácter irreal que adquieren las cosas desde el sillón del dentista.
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El señor de las moscas de William Golding
Los cerdos, como hinchadas bolsas de tocino, disfrutaban sensualmente la sombra de los árboles.
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El señor de las moscas de William Golding
Encontraron un jabato atrapado en una maraña de lianas, debatiéndose entre las elásticas ramas en la locura de su angustiado terror.
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El señor de las moscas de William Golding
Sobre el horizonte se alzaba una cinta curva de luna, tan estrecha que creaba un reguero finísimo de luz, apenas visible aun al posarse sobre el agua.
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El señor de las moscas de William Golding
Hicimos todo lo que los adultos harían. ¿Qué salió mal?
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El señor de las moscas de William Golding
La vida es una cosas científica, pero no sé puede estar seguro de nada ¿verdad? No del todo
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El señor de las moscas de William Golding
El coral asomaba en el océano como si un gigante se hubiese inclinado a reproducir la forma de la isla con una flotante línea de tiza, pero se hubiese cansado antes de terminar.
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El señor de las moscas de William Golding
"Lo malo de ser jefe era que había que pensar, había que ser prudente. Y las ocasiones se es fumaban tan rápidamente que era necesario aferrarse enseguida a una decisión. Eso le hacia a uno pensar, porque pensar era algo valioso que lograba resultados." Pág.96
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El señor de las moscas de William Golding
El mar que rompía a kilómetros de distancia en el arrecife era un acompañamiento menos perceptible que el susurro de la sangre.
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El señor de las moscas de William Golding
Si tienes miedo de alguien le odias, pero no puedes dejar de pensar en él. Te engañas diciéndote que de verdad no es tan malo, pero luego, cuando vuelves a verle... es como el asma, no te deja respirar.
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El señor de las moscas de William Golding
Se perdió en un laberinto de pensamientos que resultaban oscuros por no acertar a expresarlos con palabras.
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El señor de las moscas de William Golding
Se perdió en un laberinto de pensamientos que resultaban oscuros por no acertar a expresarlos con palabras.
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El señor de las moscas de William Golding
-Quería decir que la gente nunca resulta ser del todo como uno cree que es.
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El señor de las moscas de William Golding
Un clásico en mayúsculas que me dejó fascinada cuando lo leí. Haciendo repaso de lecturas que recomendaría esta es, sin duda, una de ellas. La reflexión que hay detrás de las líneas es impresionante. Teorías criminológicas que pueden aplicarse perfectamente. El instinto de supervivencia prevalece casi por encima de cualquier otro. Una batalla, física y psicológica entre el fuerte y el débil. Cómo la parte más salvaje aflora para sobrevivir en un lugar desconocido y al que se imponen normas de jerarquía. Pero, ¿a qué precio? La lectura da "miedo", pero por lo real que puede llegar a ser si se extrapola. Es un recorrido por el comportamiento social y humano desde la perspectiva de los niños. Muy recomendable, sin lugar a dudas. |
El señor de las moscas de William Golding
-Estoy aterrado. De nosotros. Quiero irme a casa. ¡Quiero irme a mi casa!
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La edad de la inocencia