Turbulencias de Whitney G.
—Esto no es una puta misión secreta. —Me miró a los ojos—. No siempre será en el aeropuerto, pero tengo que pilotar dentro de tres horas y no puedo perder el tiempo. —¿Eres así de insaciable? —Sí. —Sonrió al tiempo que me deslizaba una mano por debajo de la falda del uniforme hasta tocarme las bragas—. Y por lo que parece, no soy el único. |