La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Si estás viviendo un infierno, lo peor es quedarse parado
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Si estás viviendo un infierno, lo peor es quedarse parado
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Marion llegó a una conclusión: mundo exterior podía ser ambiguo, equívoco y contradictorio, pero el mundo de la realeza, no. En él no había matices ni término medio. O estabas dentro o estabas fuera. Había que elegir
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Todo dependía del punto de vista. La vida es complicada, el ser humano es contradictorio. Nada es blanco o negro, o una cosa o la otra.
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
La familia real se parecía mucho a la luna: solo mostraban su cara más luminosa, mientras que el resto permanecía oculto en la oscuridad
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Marion se quedó mirando a lady Rose. ¿Es que nadie le había dicho que casarse debidamente, por utilizar sus palabras, había dejado de ser el camino hacia una vida gratificante? Y eso si alguna vez lo había sido. Ahora las mujeres podían estudiar, podían trabajar. Lady Rose estaba estancada en la Edad Media.
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La institutriz Real: La historia de la mujer que educó a Isabel II de Wendy Holden
Querida, no debes ignorar ciertas actitudes solo porque no te gusten. De lo contrario, esas actitudes prevalecerán. Si quieres cambiar las cosas, debes plantear cara y defender lo que es justo.
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Olvidaos de ese viejo fósil -venía a decir con su sonrisa-. Ahora las mujeres pueden estudiar, pueden desempeñar un oficio. ¡decídselo a vuestras hermanas! ¡Contádselo a vuestras madres!
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Sir Henry, me da la impresión de que ser un monarca se basa más en lo que uno no debe hacer, que en lo que efectivamente hace
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Marion llegó a una conclusión: mundo exterior podía ser ambiguo, equívoco y contradictorio, pero el mundo de la realeza, no. En él no había matices ni término medio. O estabas dentro o estabas fuera
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¿Cómo se puede justificar un sistema donde el poder, los privilegios y la posición social dependen de algo tan aleatorio como las circunstancias de un nacimiento?
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Querida, no debes ignorar ciertas actitudes solo porque no te gusten. De lo contrario, esas actitudes prevalecerán. Si quieres cambiar las cosas, debes plantar cara y defender lo que es justo
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Querida no puedes ignorar ciertas actitudes solo porque no te gusten. De lo contrario, esas actitudes prevalecerán. Si quieres cambiar las cosas, debes plantar cara y defender lo que es justo
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El mundo exterior podía ser ambiguo, equívoco y contradictorio, pero el mundo de la realeza, no. En él no había matices ni término medio. O estabas dentro o estabas fuera. Había que elegir
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Gregorio Samsa es un ...