Hojas de hierba de Walt Whitman
Todos los desventurados que aman en silencio, todos los presos de las cárceles, todos los justos y los pecadores, todos los dichosos, todos los que sufren, todos los vivos, todos los moribundos, ¡pioneros! ¡Oh, pioneros! También yo, con el cuerpo y el alma, nosotros, un curioso trío, escogemos y proseguimos nuestra marcha errante por estas playas sombrías, acosados por los fantasmas, ¡pioneros! ¡Oh, pioneros! |