Apegos feroces de Vivian Gornick
"En el vocabulario de mi madre no existía el amor como tal, solo el Amor. Un sentimiento elevado, de naturaleza espiritual y tinte moral. Por encima de todo, un sentimiento que resultaba inconfundible cuando se hallaba presente e igualmente inconfundible curando se hallaba ausente. «Una mujer sabe si ama a un hombre», decía. «Si no está segura, es que no lo ama». Estas palabras llegaban hasta mí como venidas desde la cumbre del Sinaí La interpretación de la variedad de comportamientos humanos que se suponen derivados del amor no era necesaria en nuestra casa. Si mi madre no era capaz de identificar en otra mujer reacciones a un marido o un amante que duplicasen las suyas, no lo consideraba amor. Y el amor, decía, lo era todo. La vida de una mujer estaba determinada por el amor."
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