REBELION DE CAMEROTH,LA: 120 de Victoria Álvarez
No se había creído capaz de enamorarse, pero había acabado haciéndolo; tampoco se había creído capaz de odiar, pero su mayor odio nacía de ese único amor—. Algún día me las pagarás, Sheng —repitió—. Algún día lamentarás haberme conocido.
|