La Costa de Alabastro de Victoria Álvarez
Si hubiera un fantasma en Monjoie, sería mi madre. Y si se ha quedado aquí, con nosotros, podría decirme qué nos ocurre después de morir. Estaría mucho más tranquila sabiendo que cuando todo acabe la tendré a mi lado. Así no tendríamos que marcharnos nunca de esta casa; seríamos como dos sombras haciéndose compañía la una a la otra.
|