Contra la fuerza del viento de Victoria Álvarez
-¿Tan cegado puede estar un hombre por la lujuria? ¿Qué hay de lo que le hice en el Valle de los Reinos? ¿Que hay de Carmilla, de la princesa Meresamenti, del espejo que le robé? -Me dan exactamente igual -le aseguró Lionel a media voz-. Ninguna de sus maldades hará que deje de estar hambriento de usted. Por retorcida que sea, por mucho que disfrute haciéndome sufrir..., la deseo más de lo que nunca he deseado a una mujer. |