La tristeza del samurái de Víctor del Árbol Romero
—¿Estás herido? Sangras —le preguntó a Alcalá el párroco. En aquel ambiente, la pregunta sonó extraña, con un significado ampliado por la espiritualidad humilde de la iglesia. Todo el mundo sangra, todo el mundo está herido. Algunas heridas se cierran. Otras no lo hacen nunca.
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