Llevo varios años con este libro en mi lista de "pendientes", sobre todo desde que vi la película del musical del 2012, pero año tras año, la extensión de la novela era lo que frenaba mi entusiasmo. En este tiempo he escuchado la BSO infinidad de veces porque me tiene enamorada y he visto la película otras tantas, así que no es de extrañar que, al empezar el libro, tuviera la sensación de que me reencontraba con amigos que llevaba tiempo sin ver: una sensación agradable y reconfortante. Considero que es la mejor predisposición a la hora de sumergirse en una nueva lectura.
A pesar de que las descripciones difieren entre el libro y la película, no pude evitar imaginarme a cada personaje con el aspecto y las voces de la versión del año 2012. Esto ayudó mucho a convertir 1600 páginas en una lectura agradable y ligera. Sí, habéis leído bien, he usado la palabra "ligera". Cada día tenía ganas de sumergirme en sus páginas y me molestaba cuando no podía leer más de un capítulo.
En cuanto a los personajes, el primero de nuestros protagonistas es Jean Valjean, un hombre grande, fuerte y miserable que arruinó 19 años de su vida, y la de su familia, por robar una hogaza de pan. Perseguido por el frío, el hambre y una profunda sensación de injusticia, acaba llamando a la puerta del afable obispo Myriel. Este fortuito encuentro hará cambiar la actitud de Jean Valjean, quien tratará de enderezar su vida y redimirse.
Sin embargo, el implacable policía Javert, un hombre de mente cuadriculada y obsesionado con la justicia, considera que un criminal no es capaz de redimirse. Por esa razón sigue el rastro a Jean Valjean a lo largo de los años.
La presencia de Fantine es anecdótica porque apenas tiene relevancia en la historia. al contrario que su hija Cosette, quien estará ligada a la suerte de Jean Valjean.
La historia se divide en varios "libros" y a medida que avanzamos veremos las desventuras de Jean Valjean. Cómo logra gracias a su ingenio librarse de la policía o los compinches del señor Thénardier, cada vez que sus caminos se cruzaban. Todo ello me pareció muy interesante.
Sin embargo, cuando Marius entra en escena y observamos cómo se enamora de Cosette aún sin conocerla, noté cómo el ritmo de la historia se resentía un poco, dando paso a capítulos un tanto insulsos. Sobra decir que me pareció un personaje bastante plano con el que no llegué a empatizar. Por desgracia, al estar ligado a Cosette, ella también fue perdiendo su importancia y hacia el final del libro terminó mostrándose bastante ingrata.
Hay personajes secundarios, como Gavroche o Éponine, que destacan por si solos e incluso a veces brillan más que los protagonistas.
Por otra parte, cuando se inicia la revolución, que tarda un poco en tomar fuerza, las descripciones de la batalla en la barricada me tuvieron muy enganchada, las páginas pasaban volando entre mis dedos. Recordemos que todos los acontecimientos importantes ya los conocía, pero eso no impidió que disfrutara de la lectura como si fuera la primera vez que oía hablar de esta historia.
Hay algo que me desconcertó bastante y me dejó una extraña sensación. SPOILER. Ser testigo de cómo Jean Valjean confiesa su mayor secreto, que es un presidiario fugado, a Marius. Entiendo que era prisionero de esa mentira y era su única forma de sentirse libre, pero ¿por qué elegir a Marius?. Y a raíz de esta decisión, su relación con Cosette se ve afectada hasta el punto de casi desaparecer. No me parece justo para Jean Valjean después de sufrir durante toda su vida. FIN SPOILER.
Como no podía ser de obra forma, el final hace honor al título de la novela. Me dejó una sensación un tanto agridulce e injusta.
Leer Los Miserables ha sido una gran y gratificante experiencia. No es un libro fácil, pues el autor dedica muchas páginas y extensas descripciones para narrar los acontecimientos y contextualizar la trama. Se trata de una obra monumental donde podemos encontrar bondad, maldad, marginación, redención, amor, justicia, libertad y fe.
Saludos;)
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