El último día de un condenado a muerte de Victor Hugo
¿Están seguros de que no se sufre? Que se sepa, nunca una cabeza cortada se ha levantado de la cesta y gritado al pueblo... ¡No duele! ¿Acaso los que han muerto así han vuelto para dar las gracias y decirles: Es un buen invento, estad tranquilos?
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