Nuestra Señora de París de Victor Hugo
Pues , para una madre que ha perdido a su hijo, siempre es el primer día. Es un dolor que no envejece. Las vestiduras de luto se desgastan y blanquean, pero el corazón sigue negro y enlutado.
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Nuestra Señora de París de Victor Hugo
Pues , para una madre que ha perdido a su hijo, siempre es el primer día. Es un dolor que no envejece. Las vestiduras de luto se desgastan y blanquean, pero el corazón sigue negro y enlutado.
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