Nuestra Señora de París: Edición Ilustrada de Victor Hugo
—Jamás he visto mi fealdad como ahora. Cuando me comparo a vos, tengo lástima de mí, ¡pobre desgraciado monstruo! Debo pareceros una bestia, ¿verdad? Vos, vos sois como un rayo de sol, una gota de rocío, un canto de pájaro. ¡Yo, yo soy algo horrible, ni hombre ni bestia, un no sé qué más duro, más pisoteado y más deforme que un pedrusco!
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