Románov: crónica de un final 1917-1918 de Varios autores
Escribes que hay que ser un soberano firme y tienes toda la razón. Ten por seguro que no lo olvido, pero tampoco hay que enseñar los dientes a la gente a diestro y siniestro. Una advertencia o respuesta contundente es suficiente a veces para poner a alguien en su sitio.
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